19 abril 2009 México
Diego Petersen Farah
¿Qué tiene de particular el culto de la Santa Muerte? Nada, en realidad, nada. El que entre los practicantes de este culto existan pandilleros y narcotraficantes no la hace distinta ni siquiera especial. Si la calidad moral de los feligreses fuera motivo de suspensión de un culto, hace rato que los grandes cultos, el católico, el judío, el islamita, debieron haber desaparecido del mapa.
Por simple estadística hay muchos más narcos católicos y, sobre todo, guadalupanos, que seguidores de la Santa Muerte. ¿Cuál es la diferencia entre que un delincuente de cuello blanco, de esos que pululan en la bolsa de valores, le rece a San Nicolás de Bari, patrono de la fortuna, o que un pandillero le rece a La Santa?; ¿cuál es la diferencia entre ésto y que un pollero o un mojado se encomiende a Santo Toribio Romo? Aunque Felipe Calderón haga una apología de nuestros migrantes (el jueves dijo que era lo mejor de México, los más fuertes, los más valientes, los más audaces), los gringos bien podrían decir que es un culto asociado a una actividad ilícita (el tráfico de personas y la migración ilegal) y que, por lo tanto, detrás de cada estampita de Toribio hay un delincuente en potencia o la promoción de un acto ilícito. Cualquier persona con dos dedos de frente dirá que esto es un absurdo y que en todo caso no tiene la culpa Toribio, sino el que lo hizo patrono.
¿El problema es entonces el contenido del culto de la Santa Muerte? Con la novedad de que el culto a la Santa Muerte no es distinto a los cultos populares católicos, esos que la jerarquía prefiere hacer como que no existen, pero que ahí están en todos los barrios, en todos los pueblos. A la Santa Muerte se le reza el rosario, se le hace su fiesta patronal, se le llevan flores, etcétera. Tiene también algunos elementos similares a los cultos de las cofradías del sur de México o a las de Maximón en Guatemala, donde son los propios feligreses quienes se encargan de mantener y oficiar el culto en casas y al que se le hacen algunas ofrendas que a los citadinos nos podrían parecer extrañas, sacrificio de animales, licor, tabaco y mariguana.
El culto “moderno” a la Santa Muerte tiene un primer indicio en Orizaba, Veracruz, en el siglo XIX, pero más cercano hacia 1965 en el estado de Hidalgo, inmediatamente después desapareció. En los 70 se revive en Catemaco, Veracruz, cuado la muerte se apareció en una barda de madera en forma de humedad. Los habitantes del pueblo pidieron al cura que autentificara el milagro, pero éste dijo que la aparición de la muerte era obra de Satanás, con lo cual una vulgar mancha de humedad en las tablas cobró un significado totalmente distinto (en eso de promover al enemigo hay curas que se pintan solos). La Santa Muerte tomó fuerza en la Ciudad de México, en el barrio de Tepito, donde doña Queta, una vecina del lugar, comenzó a venerarla y practicar el culto a La Santa. Un personaje de nombre David Romo, a quien se reconoce como arzobispo de La Iglesia de la Santa Muerte (oficialmente Iglesia católica Tradicional Mexicana, USA), trató de institucionalizar el culto e incluso registrarlo como Asociación Religiosa (AR), pero nunca ha podido porque no ha logrado siquiera sistematizar una doctrina y cada año cambia las visión de su AR
según la creencia de moda. Contrario a lo que promueven sus practicantes de que se trata de la recuperación de un culto indígena (lo indígena está de moda) Elsa Malvido y Katia Perdigón han documentado que el realidad la devoción a la Santa Muerte es un rito católico de la época colonial y que tenía que ver con la preparación para el bien morir.
Aunque el culto está muy localizado en los estados del centro del país y los de la frontera, en los últimos años la muerte comenzó a invadir los mercados populares e incluso los de artesanía. Hoy, uno puede encontrar muertes de todos tamaños, de todos los materiales (pasta, arcilla, madera) y en todos los colores, aunque cada una sirve para distintas cosas: la dorada para el dinero, la verde contra los problemas legales, la amarilla para problemas menores, etcétera. (Hoy me entero que la roja, que es la que yo tengo, sirve para atraer la pasión, aunque otros dicen que sólo es buena para espantar sobrinos, pues para otros la roja no tiene ninguna cualidad específica).
A las autoridades policiales les espantó que la Santa Muerte comenzara a invadir las carreteras. Una cosa es que haya cruces, en honor a los muertitos, y otra que comiencen a aparecer en los lugares menos esperados imágenes de la muerte con veladoras, rosas blancas, manzanas rojas, cigarros, inciensos y botellas de tequila. Finalmente, en Tamaulipas, después de varios meses de discusión sobre el tema, la policía decidió arrasar con 34 capillas. El argumento es que estaban invadiendo el área federal, pero no tocaron una sola de las cruces y seguramente tampoco de las pequeñas capillas de culto católico que hay a lo largo de todas la carreteras del país y que son expresiones de religiosidad popular.
La persecución a la Santa Muerte es un asunto absolutamente ideológico y cuyo único resultado será el incremento de la difusión y de la práctica de este culto perseguido por un prejuicio convertido en argumento.
¿Quién teme a la Santa Muerte? La ignorancia.
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4 comentarios :
Son puntos muy interesantes los que se exponen en el artículo. Además, sería conveniente agregar que las tres grandes religiones monoteístas de la actualidad emanan de un culto primitivo hacia la muerte. Incluso en la actualidad, la muerte es el destino anhelado doctrinalmente por esas tres religiones, ya que, según sus mitos, la muerte es la que conduce a la verdadera vida después de esta, en la que residen los premios y los castigos apropiados, de acuerdo a las reglamentaciones estipuladas por sus dioses correspondientes.
No se si eres seguidor de la Santa Muerte, pero explicas tus puntos con razones sustentadas en hechos, me gustaria saber mas sobre la aparición en Catemaco, Veracruz; aunque para apariciones yo he tenido varias y en lugar de temor son pacificas y alentadoras... Es verdad que la Santa Muerte tiene un castigo para cualquiera que se meta con ella y no cumpla sus promesas, pero ella es mujer, y las mujeres tenemos siempre la bondad de dar una segunda oportunidad, es por eso que todavia estoy viva. Ojala hagas un articulo sobre Catemaco porque quise investigar pero fue inutil; y respecto a los narcotraficantes y delicuentes, es por eso que siguen vivos porque la Santa Muerte ayuda a quien se lo pide sea quien sea, pero no podemos hacer nada ante ese hecho, en este mundo existe el bien y el mal, asi que solo hay que cuidarse y ser sinceros con la Santa Muerte y sobre todo cumplir...
que pasa si yo tapo a la santa muerte con una sabana creen que se ofenda
la muerte esta bencida y solo es un pedaso de barro o hierro CRISTO la bencio no seas ignorante, si la tapas con una sabana solo es ta tapada y de igual manera no te ve ni te escucha por ser barro, hierro, madera
esto es igual q las imagenes religiosas tienen ojos y no ven tienen mamos y no palpan tinen naris y no huelen tienen boca y no hablen
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