jueves, 31 de diciembre de 2009

Dan ocho años de prisión a ex arzobispo argentino por abuso sexual

. jueves, 31 de diciembre de 2009
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Jueves 31 de diciembre del 2009

Edgardo Storni perpetró el delito contra un seminarista en 1992; fue investigado por otros dos casos.


Buenos Aires. El ex arzobispo de la ciudad argentina de Santa Fe (centro-este) Edgardo Storni fue condenado a ocho años de prisión por "abuso sexual agravado" contra un seminarista, informó este miércoles una fuente judicial.

La jueza María Mascheroni sostuvo que Storni, de 73 años, cometió el delito de "abuso sexual agravado por el vínculo" contra un seminarista en 1992, cuando ya era arzobispo.
El ex religioso cumplirá arresto domiciliario por ser mayor de 70 años.

Su abogado, Eduardo Jautchen, apeló el fallo basándose en que supuestamente se registraron "innumerables violaciones a las garantías constitucionales" durante el proceso judicial.

"Se trata de la pena mínima por abuso sexual agravado por la condición del autor. En este caso se trataba de un sacerdote que estaba a la guarda y por eso el delito fue calificado de agravado por el vínculo", explicó Jautchen.

Storni fue, además, procesado en 2003 por otra denuncia de presunto abuso sexual, mientras que dos más fueron desestimadas por la justicia.

El caso de Storni saltó a la luz pública y provocó fuerte conmoción con la denuncia realizada en el libro Nuestra Santa Madre, de la periodista Olga Wornat, aunque el religioso era investigado desde 1994.
Ese año, por orden del Vaticano, el actual arzobispo de la ciudad de San Juan (oeste), José María Arancibia, investigó denuncias de aspirantes a sacerdotes sobre supuestos abusos sexuales cometidos en el seminario de Santa Fe y durante los retiros espirituales en la localidad serrana de Calamuchita, en la provincia de Córdoba (centro).

Storni renunció a su cargo en 2002 y desde entonces estaba recluido en una finca de la ciudad de La Falda, también en Córdoba.


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martes, 29 de diciembre de 2009

Obispo renuncia por escándalo de abusos

. martes, 29 de diciembre de 2009
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Martes 29 de Diciembre del 2009

El obispo irlandés Donal Murray, criticado por no investigar abusos a menores dentro de la Iglesia Católica en su país, renunció este jueves, según informó el Vaticano.





El obispo de Limerick era uno de los cinco obispos en funciones que fueron criticados fuertemente por una reciente investigación sobre los abusos. Murray es el primero que dimite desde la publicación del reporte.

Murray falló en investigar denuncias contra un cura pedófilo, algo que la indagación calificó de "inexcusable".
Al anunciar su renuncia en la catedral de San Juan, en Limerick, el obispo pidió "humildemente" disculpas a todos los que habían sido víctimas de los abusos.
"Sé muy bien que mi renuncia no puede deshacer el dolor que los sobrevivientes de abuso han sufrido en el pasado y siguen sufriendo cada día", aseguró.

El Vaticano confirmó que el Papa Benedicto XVI aceptó la renuncia del obispo Murray, pero no hizo mención al escándalo.

Encubrimiento

La Iglesia Católica irlandesa, en connivencia con las autoridades, ocultó durante décadas los abusos sexuales a menores cometidos por sacerdotes de la Arquidiócesis de Dublín, según reveló el informe elaborado por el ministro irlandés de Justicia, Dermot Ahern.
clic Irlanda: Iglesia y Estado "ocultaron abusos"
En el documento, presentado a fines de noviembre, se asegura que la Iglesia puso la reputación de la institución por encima del bienestar de los menores.

Compensaciones

La Iglesia Católica irlandesa se enfrenta al pago de compensaciones a las víctimas de abusos sexuales por un monto que podría rondar los US$1.500 millones, cifra muy superior a los US$180 millones que la institución negoció con el gobierno irlandés en 2002.


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jueves, 24 de diciembre de 2009

Matan a musico en la fiesta de San­to To­más Após­tol

. jueves, 24 de diciembre de 2009
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Jueves 24 de Diciembre del 2009


Mientras que la iglesia católica romana y sus sacerdotes, siguen defendiendo la adoración a las imágenes (idolatría). Y en lugar de darle gracias a Dios, le agradecen a una imagen o un pedazo de piedra.
Vemos, que como consecuencia,  Dios entenebreció sus corazones Por lo cual también  los entregó a la inmundicia , en las concupiscencias de sus corazones.

¿Cómo es posible?, que en una festividad para recordar a un santo, se hagan innumerables desenfrenos para la carne: borracheras, homicidios, pleitos....    

Estos hechos y consecuencias, el Apóstol San Pablo, ya se los advertía a los cristianos romanos del tiempo bíblico. Les dejo el texto; invitándolos a que lean la biblia y se cuestionen las enseñanzas del clero romano y las consecuencias por poner su confianza en las imágenes, antes que en Dios.


ROMANOS I (Santa Biblia)


  21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.
23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
    24 Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos,
25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.
  28 Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;
    29 estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;



LMDP



"Le to­có bai­lar con la más fea", a un in­for­tu­na­do mú­si­co cuan­do al es­tar ame­ni­zan­do una fies­ta pa­tro­nal fue ase­si­na­do de cer­te­ro ba­la­zo en el pe­cho al re­gis­trar­se una su­pues­ta ri­ña en ca­lles del pue­blo de San­to To­más Ajus­co, en la De­le­ga­ción Tlal­pan.

Policías procedieron a levantar el cuerpo del escenario. Foto: Saúl Navarro


Es­te la­men­ta­ble de­ce­so que ti­ño de san­gre las fes­ti­vi­da­des de San­to To­más Após­tol, ocu­rrió ayer por la ma­dru­ga­da cuan­do los cuer­pos de emer­gen­cia fue­ron re­que­ri­dos en ca­lle Ma­ta­mo­ros, a la al­tu­ra de la pa­rro­quia don­de un in­te­gran­te del gru­po mu­si­cal Bri­llo y Sol ha­bía re­sul­ta­do le­sio­na­do al re­ci­bir una ba­la per­di­da.

De acuer­do a da­tos apor­ta­dos por au­to­ri­da­des ju­di­cia­les, el afec­ta­do se en­con­tra­ba ame­ni­zan­do la fies­ta pa­tro­nal de ese po­bla­do cuan­do re­pen­ti­na­men­te va­rios su­je­tos em­pe­za­ron a dis­cu­tir en­va­len­to­na­dos por la in­ges­ta de be­bi­das etí­li­cas.

Fue cues­tión de mi­nu­tos pa­ra que la pis­ta de bai­le se con­vir­tie­ra en "cua­dri­lá­te­ro" don­de va­rios su­je­tos em­pe­za­ron a gol­pear­se al rit­mo de la mú­si­ca, ines­pe­ra­da­men­te, una per­so­na sa­có a re­lu­cir un ar­ma de fue­go pa­ra apa­ci­guar los áni­mos, mien­tras que los mú­si­cos so­li­ci­ta­ban por el equi­po de so­ni­do que se tran­qui­li­za­ran.

Bas­tó una frac­ción de se­gun­dos pa­ra que ocu­rrie­ra la tra­ge­dia, el su­je­to que por­ta­ba la pis­to­la em­pe­zó a rea­li­zar dis­pa­ros al ai­re y uno de los pro­yec­ti­les dio blan­co en el pe­cho de unos de los mú­si­cos, quien su­pues­ta­men­te era el vo­ca­lis­ta, ade­más que to­ca­ba el sa­xo­fón.

Al es­cu­char las de­to­na­cio­nes, los ri­jo­sos co­rrie­ron en es­tam­pi­da pa­ra per­der­se en la os­cu­ri­dad de las ca­lles, al igual que el pre­sun­to res­pon­sa­ble. En tan­to, el afec­ta­do que­dó tendido a un cos­ta­do del en­ta­ri­ma­do don­de sus com­pa­ñe­ros in­ten­ta­ban rea­ni­mar­lo.

Pos­te­rior­men­te, pa­ra­mé­di­cos de la Cruz Ro­ja arri­ba­ron a ese lu­gar pa­ra brin­dar­le los pri­me­ros au­xi­lios al agra­via­do, sin em­bar­go cer­ti­fi­ca­ron que ya ha­bía de­ja­do de exis­tir a con­se­cuen­cia del im­pac­to de pro­yec­til que re­ci­bió en el tó­rax.

Más tar­de, pe­ri­tos de la Fis­ca­lía Des­con­cen­tra­da en Tlal­pan, hi­cie­ron ac­to de pre­sen­cia pa­ra ini­ciar las pes­qui­sas co­rres­pon­dien­tes, las cua­les per­mi­tie­ron des­cu­brir la iden­ti­dad del aho­ra oc­ci­so, quien en vi­da res­pon­día al nom­bre de Sal­va­dor Ce­de­ño Már­quez, de 21 años de edad.

Mi­nu­tos des­pués, per­so­nal del Ser­vi­cio Mé­di­co Fo­ren­se (Se­me­fo) pro­ce­dió al le­van­ta­mien­to del ca­dá­ver, el cual fue tras­la­da­do al an­fi­tea­tro de la de­le­ga­ción don­de se es­pe­ra que en las pró­xi­mas ho­ras sea iden­ti­fi­ca­do por sus fa­mi­lia­res y re­cla­men su cuer­po.

To­mó co­no­ci­mien­to de los he­chos, la re­pre­sen­ta­ción so­cial de la Coor­di­na­ción Te­rri­to­rial Tlal­pan Dos don­de se ini­ció la ave­ri­gua­ción pre­via co­rres­pon­dien­te pa­ra des­lin­dar res­pon­sa­bi­li­da­des con­tra quien re­sul­te res­pon­sa­ble por el de­li­to de ho­mi­ci­dio agra­va­do.


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martes, 22 de diciembre de 2009

Sacerdote aprueba robar... en ciertos casos

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Martes 22 de No viembre del 2009

Un sacerdote británico ha sido criticado por recomendarles a las personas necesitadas que roben, en determinadas circunstancias.


El cura, Tim Jones, de York, en el norte de Inglaterra, dijo en un sermón que robar en los grandes supermercados "es moralmente mejor" que asaltar a otras personas o prostituirse.


La policía del condado de North Yorkshire describió el sermón de Jones como "altamente irresponsable".


"Mi consejo, como cura cristiano, es robar en los comercios. No estoy aconsejándolo porque crea que robar sea algo bueno o inofensivo, ya que no lo es ", señaló.


"Pido que no roben en los pequeños comercios familiares, pero sí en las grandes cadenas nacionales y sé que el costo lo pagaremos los demás a través de precios más altos", admitió.


Ante los feligreses, el sacerdote explicó que "cuando alguien sale de prisión o de repente se encuentra sin trabajo o sin apoyo familiar, dejarlo semanas y semanas con una asistencia social inadecuada o torpe es un disparate monumental, catastrófico".
"Creamos una situación en la que a esa persona le quedan pocas opciones excepto la delincuencia", sentenció.


Críticas


Sin embargo, un portavoz del Consorcio Minorista Británico, Richard Dobbs, criticó los consejos del sacerdote.


"Un cura debería saber, mejor que cualquier otra persona, que hay una diferencia clara entre lo correcto y lo incorrecto, y que robar es incorrecto en cualquier circunstancia", dijo.


"Con frecuencia, los delitos en las tiendas tienen un gran costo humano porque los vendedores suelen ser blanco de abusos verbales e incluso físicos cuando intervienen para tratar de evitarlos", señaló.


La policía del condado de North Yorkshire, donde se encuentra la parroquia del padre Jones, describió el sermón como "altamente irresponsable".


Y el archidiácono de York, Richard Seed, dijo que entiende el razonamiento del sacerdote pero que la Iglesia no puede apoyar los robos en comercios "porque con frecuencia meten a alguien en problemas mayores".


En una entrevista con la BBC, Jones defendió su consejo y dijo que robarse una lata de espagueti de un supermercado es preferible a entrar por la fuerza a una casa.


"Eso no quiere decir que robar en los mercados sea bueno. Es algo terrible, pero a veces es la única opción que les dejamos a esas personas", aseguró.


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lunes, 14 de diciembre de 2009

Sacerdote se transforma en Drag Queen por la noche

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Lunes 4 de Diciembre del 2009

El ciudadano estadounidense Vincent Capretta, 47 años, mejor conocido en el ámbito religioso como el Padre Anthony, confesó que por las noche cuelga los hábitos para convertirse en Big Mama


 Sacerdote de día   El Padre Anthony, confesó que por las noches se transforma en una de las drag queens más exitosas de Ohio (Foto: )


El ciudadano estadounidense Vincent Capretta, 47 años,  mejor conocido en el ámbito religioso como el Padre Anthony, sorprendió al mundo entero cuando hace unos meses declarara que además de servir a la Iglesia, al mismo tiempo daba vida por las noches a Big Mama, una drag queen con gran reconocimiento musical en la comunidad :

"Sólo sé que hay un sacerdote travesti en el mundo y soy yo. No importa quién eres, cómo te ves o qué haces; Dios nunca nos cerrará sus puertas" declaró Vicent, quien se dijo sorprendido ante la aceptación con la que aún cuenta entre los feligreses de la parroquia Community of Charity de Columbis, Ohio, quienes no ven en su condición un motivo para dejar de creer en su palabra.

Tras la reveladora confesión, el Padre Anthony ha decidido hacer aún más públicas sus presentaciones o proyectos que tiene en mente, tal y como sucedió cuando realizó durante el homenaje póstumo a Michael Jackson, una versión del Padre Nuestro dedicada al Rey del Pop, titulada bajo el nombre de San Michael el Arcángel de la Música:
 
"Lo hicimos con mucho respeto, no quería hacer enojar a nadie, pero sé que siempre vas a encontrar a un conservador que piensa que es una blasfemia".






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Denuncian perredistas nuevo intento de la derecha por minar la laicidad

Lunes 14 de Diciembre del 2009

En lo que la bancada perredista en Xicoténcatl consideró un intento más por minar el Estado laico, senadores del PAN pretenden que se apruebe una reforma al artículo 24 constitucional con el fin de introducir en la Carta Magna el derecho a la objeción de conciencia, para que los ciudadanos puedan ser eximidos del cumplimiento de leyes y otros ordenamientos legales ante un imperativo moral sincero, grave e ineludible.
El presidente de la Comisión de Estudios Legislativos, el panista Alejandro Zapata Perogordo, presentó ya el dictamen, que incluye además inscribir en la Constitución la libertad de enseñanza o de difusión de creencias religiosas.

 http://www.radiosantafe.com/wp-content/uploads/2009/07/benedicto.jpg

El senador perredista Pablo Gómez advirtió que con lo anterior la derecha gobernante pretende avanzar a un Estado clerical y posibilitar una futura reforma al artículo tercero constitucional. Descartó, sin embargo, que se logre la mayoría calificada necesaria para aprobar la modificación.

El artículo 24 de la Constitución garantiza que todo hombre es libre para profesar la creencia religiosa que más le agrade y para practicar las ceremonias, devociones o actos del culto respectivo, siempre que no constituyan un delito o falta penado por ley.

La propuesta de Zapata Perogordo modifica por completo esa redacción y propone otra, con sintaxis complicada: toda persona es libre para profesar la religión o creencia de su elección y para manifestarla en público o privado, solo o en comunidad con otros, incluyendo la práctica de las ceremonias, devociones o actos del culto respectivo, la enseñanza o difusión de sus creencias, y la observancia de los correspondientes preceptos morales, siempre que no constituyan un delito o falta penados por la ley.

El panista propone también una adición a ese artículo para introducir la objeción de conciencia. La libertad de religión o de creencia implica la libertad de comportarse, obedeciendo los mandatos de la propia conciencia. Cuando alguien se vea imposibilitado para cumplir una obligación legal por causa de un imperativo moral, sincero, grave e ineludible, tendrá derecho a ser eximido de esa obligación legal.

Un análisis de la iniciativa elaborado por asesores del PRD advierte que además del peligro que implica llevar a la Carta Magna la libertad para la práctica de dicha enseñanza, es una amenaza contra el Estado laico.
En los términos en que está redactada la iniciativa, prácticamente cualquier ciudadano, bajo cualquier circunstancia podría violentar el estado de derecho en cuestiones a su conveniencia, tan sólo con esgrimir el imperativo moral sincero, afirmó.

En el documento se alerta también sobre el riesgo de posibilitar manifestaciones religiosas de las distintas sectas, para que con moral sincera opinen y participen en el ámbito político. Es igualmente discutible proponer la observancia de los correspondientes preceptos morales, ya que puede dar pie a que se condene y acalle desde la jerarquía religiosa a los creyentes, añadió.

La discusión del dictamen se dará este lunes en una reunión de las comisiones de Puntos Constitucionales y Estudios Legislativos.


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sábado, 12 de diciembre de 2009

La Virgen de Guadalupe de Mexico, copia de La Virgen de Guadalupe de Extremadura en España

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Sabado 12 de Mayo del 2009  Revista PROCESO N° 1414, 7 de Diciembre de 2003

Sanjuana Martínez y Rodrigo Vera


Desde hace siete siglos, en la provincia española de Extremadura se venera a la Virgen de Guadalupe. Su imagen fue llevada a la Nueva España por los primeros evangelizadores, lo que dio origen a la guadalupana mexicana. Los encargados del Monasterio de Guadalupe están convencidos: La Guadalupe de México se inspiró en ésta de España, y las apariciones al indio Juan Diego sólo son una "preciosa narración". Y agregan que es tal la similitud entre ambas vírgenes, que las autoridades de la Basílica prácticamente no quieren saber nada de la española.







Extremadura, España.- Para historiadores y autoridades eclesiásticas de esta provincia española, el culto a la Virgen de Guadalupe, imagen que aquí se venera desde hace siete siglos, fue llevado a la Nueva España por los primeros evangelizadores, lo que dio origen a la Guadalupana de México. Sin embargo, sostienen, esta imagen fue desligada totalmente de la original mediante "leyendas" y supuestas apariciones en el cerro del Tepeyac, que incluso la transformarían en símbolo de identidad nacional.

Fue tanto el afán por desligar a la Virgen del Tepeyac de la de Extremadura que, actualmente, las autoridades de la Basílica de Guadalupe ni siquiera tienen contacto con los franciscanos que aquí custodian el imponente Monasterio de Guadalupe, donde se encuentra la antiquísima Virgen española, que era venerada por Cristóbal Colón y Hernán Cortés.

El historiador Fray Sebastián García, actual cronista del monasterio, dice a Proceso: "En México, las autoridades de la Basílica de Guadalupe no aceptan la vinculación histórica de aquella Virgen con la nuestra. Y la mayoría de los mexicanos cree que su Virgen de Guadalupe es la única; ignoran que la original se encuentra aquí".





--¿No hay entonces ninguna relación entre la Basílica y este monasterio?

--No, ninguna. Esto no quiere decir que haya hostilidad. Simplemente no tenemos ninguna comunicación. ¡No hay nada! Y nosotros no tenemos ningún ánimo de confrontar.



--Algún intercambio religioso debe haber entre los dos santuarios guadalupanos...

--No, no, ninguno. A los mexicanos que vienen, simplemente se les atiende muy bien. Y mire, aquí han llegado obispos de México a visitar a nuestra señora de Guadalupe, pues saben que aquí está la raíz de la Virgen mexicana. Recuerdo, sobre todo, al hoy cardenal Javier Lozano Barragán, quien, siendo obispo de Zacatecas, realizó una visita a nuestro monasterio y conversando nos dijo: "Aquí están nuestras raíces". Claro que ya en público cambian su discurso.

--¿La devoción guadalupana de México salió entonces de aquí?

--Por supuesto. Y no sólo salió a México, sino a toda América, donde existen muchos santuarios dedicados a Santa María de Guadalupe: en Perú, Colombia, Bolivia, Ecuador... Cristóbal Colón visitaba este monasterio y era devoto de la Virgen. En su honor, le puso Guadalupe a una isla que descubrió en Las Antillas. Cada año, todavía viene al monasterio una peregrinación de esa isla. Hernán Cortés y otros conquistadores eran de Extremadura y veneraban también a la imagen, a la que Cortés usó en el estandarte con el que entró a Tenochtitlán, que aún se conserva en el museo del Castillo de Chapultepec.
"En aquel tiempo, ésta era la Virgen más venerada en toda Europa. Los reyes católicos Isabel y Fernando solían visitar el monasterio; incluso aquí llegaron a reunirse con Colón. De todo esto hay una vasta documentación. Y yo he escrito libros y artículos sobre el asunto."

Fray Sebastián charla con los reporteros en su amplio despacho, situado en lo alto de una de las torres del monasterio. La intensa luz entra por una ventana gótica desde la que se domina la sierra de Villuercas. Abajo se ven los techos de teja, las casas enjalbegadas de Guadalupe; el pequeño poblado de 2 mil habitantes que circunda al monasterio.
Autor de Guadalupe de Extremadura en América y Guadalupe, historia, devoción y arte, el religioso franciscano es también el bibliotecario del monasterio. Tiene 76 años, y sobre su suéter azul luce el blanco alzacuello. Deambula un momento entre los viejos óleos que decoran las paredes. Luego, señala:
"El Papa Juan Pablo II vino a visitarnos en noviembre de 1982. Es indiscutible la estima tan grande que le tiene a la Virgen de Guadalupe de México. Pero se dio cuenta de que aquí están sus orígenes. Dijo que antes de haber ido a la Basílica del Tepeyac, debió haber venido aquí para comprender mejor la devoción mexicana."


--¿La Guadalupe de Extremadura despierta la misma devoción que la Guadalupe de México?

--No, nosotros recibimos mucho menos fieles, en parte porque estamos aislados entre montañas. Cuando llega una peregrinación de 3 mil gentes, nos las vemos negras para atenderla. En cambio, la Basílica de Guadalupe está en una moderna ciudad que tiene varios millones de habitantes y cuenta con todos los servicios.

--¿Cuántos fieles reciben ustedes al año?

--Alrededor de medio millón. Cifra muy menor a la de quienes van al santuario del Tepeyac, cuya Virgen además se convirtió en un símbolo nacional, en un signo de la identidad mexicana. La copia se ha hecho más famosa que la original. O podríamos decir, valga la expresión, que la hija es más que la madre.

La Virgen del coro

Una carretera sinuosa trepa la sierra de Villuercas, coronada por filosas puntas de roca. Aquí y allá se ven olmos, olivos cargados de racimos. Las ovejas pastando dan vida al solitario paisaje extremeño. Más allá se distinguen por fin las torres almenadas del enorme monasterio, también de roca, levantado durante los siglos XIV y XV.

Sus interiores son suntuosos. Fue declarado por la Unesco, en 1993, patrimonio de la humanidad. Sus salones albergan ricas colecciones de libros de coro y ornamentos religiosos atiborrados de joyas. Atesora también pinturas de renombrados artistas, como Zurbarán, El Greco, Goya, Rubens...

En una cámara especial se exhiben los relicarios, mantos y coronas de la Virgen de Guadalupe. De ahí, lo más preciado son, sin duda, sus coronas en oro y plata, cada una adornada con miles de diminutas piedras preciosas: diamantes, esmeraldas, perlas, zafiros...

Y en lo alto del altar luce la venerada imagen de Santa María de Guadalupe, cubierta con ricos ropajes y sosteniendo un niño Dios y un cetro de oro. Es una Virgen negra, de estilo románico. Algunos códices remontan su origen al siglo primero del cristianismo. Investigaciones posteriores indican, sin embargo, que un autor anónimo la talló en madera de cedro, en el siglo XII.

Se dice que, para evitar su profanación, la escultura estuvo enterrada durante la conquista árabe aquí cerca, en la riberas del río Guadalupe -palabra que se castellanizó del árabe wad al luben (río escondido)-, hasta que la encontró un pastor llamado Gil Cordero. La leyenda empezó a hablar de apariciones marianas por boca de peregrinos, poetas y predicadores. Lo cierto es que al principio se le construyó una ermita, que con el tiempo se transformaría en el actual monasterio gótico y mudéjar.

... Y a la Virgen, como al río, se le llamó Guadalupe.






--¿Por qué eligieron a la del coro para evangelizar América?

--Porque eran muy celosos con su imagen titular. Muy reservados en ese aspecto, temían que otros santuarios la reprodujeran con exactitud y la colocaran en sus altares. Eso pasó con la guadalupana de México, que pintó el indio Marcos Cipac, pero tomando como modelo a nuestra Virgen del coro.

La Guadalupe del coro está situada frente al altar, hasta el otro extremo de la nave del santuario. Mira de frente a la imagen titular... Y sí, es muy similar a la Virgen del Tepeyac: rayos dorados salen detrás de su manto, y bajo sus pies hay una luna sostenida por un querubín. La diferencia es que ésta lleva al niño Dios en su regazo.

Explica fray Sebastián: "Es ésta una Inmaculada Concepción tallada en madera. De estilo gótico flamenco, muy extendido en la Europa de los siglos XV y XVI".

--¿Por qué la de México no lleva niño?

--Porque los misioneros vieron que los indígenas no estaban capacitados para comprender la concepción virginal de Cristo. Y para no meterse en barullos, la pusieron sin niño.

Por su parte, el historiador Arturo Álvarez Álvarez, con base en documentos del siglo XVI, ha abundado sobre los inicios de la devoción guadalupana en el cerro del Tepeyac, promovida por los misioneros que levantaron ahí una ermita a la Virgen de Extremadura, la cual era atendida por los religiosos del convento de Santiago Tlatelolco.

En su investigación denominada El primer siglo guadalupano (México, 1524-1648), Álvarez reproduce las cartas escritas en la Nueva España por fray Diego de Santa María, por el sacerdote portugués Antonio Freyre y por el propio virrey Martín Enríquez, en las que dan cuenta de dicha devoción. Algunos de estos escritos están dirigidos al rey Felipe II, quien siempre estuvo al tanto de la evolución del culto guadalupano.

Estas misivas -recalca el investigador- jamás mencionan la aparición de la Virgen al indio Juan Diego, como tampoco la mencionan en sus escritos fray Bernardino de Sahagún y el primer arzobispo fray Juan de Zumárraga, quien, según la tradición mexicana, fue testigo directo del milagro de las rosas.

En entrevista, Arturo Álvarez dice convencido:

"La Guadalupe de México se inspiró en ésta de España. No hay ninguna duda. Y que me perdonen si lo digo con toda crudeza. Pero yo llevo más de 50 años estudiando el tema de las dos Guadalupes, y así fue. Los hechos son irrefutables."

--¿Y dónde queda entonces la aparición de la guadalupana al indio Juan Diego, en diciembre de 1531?

--Ésa es una preciosa narración que, en su tiempo, nadie conocía, ni el propio Zumárraga, hasta que fue escrita más de un siglo después. Y la historicidad de Juan Diego no se puede demostrar. Doy sólo un dato que constata que la de México se inspiró en la Virgen española: al principio, la festividad en el Tepeyac era el 8 de septiembre, que es cuando aquí festejamos a la Virgen extremeña. Ya después se cambió al 12 de diciembre, para ajustarla con la fecha que se pone en la leyenda de las apariciones. Dicho traslado debió realizarse por 1660.

--¿La Guadalupe de México es, entonces, obra del pintor Marcos Cipac, como sostienen algunos historiadores?

--Sí. Estoy totalmente convencido de ello. El indio Marcos fue uno de los más consumados pintores de ese tiempo, al grado de ser elogiado por el cronista Bernal Díaz del Castillo. Se inspiró en la Guadalupe del coro para pintar la Virgen radiada del Tepeyac.


Exaltación patriótica

Álvarez fue, durante 29 años, religioso franciscano y trabajó también en el monasterio de Guadalupe, donde se encargó de sus archivos históricos. Su pasión por el tema lo llevó a escribir el voluminoso libro La Virgen de Guadalupe en el mundo, así como Guadalupe en los clásicos y en los viajeros antiguos, en el que estudia las referencias que han hecho de la guadalupana poetas, dramaturgos, novelistas y viajeros, como Miguel de Cervantes, Luis de Góngora, Lope de Vega, Pedro Calderón de la Barca, Tirso de Molina y Miguel de Unamuno.

Lamenta que en México no quiera aceptarse el vínculo entre las dos Guadalupes, lo cual se debe, en gran parte, dice, a la "exaltación patriótica" que provocó la independencia de México, luego de que Miguel Hidalgo enarboló, en 1810, un estandarte con la Guadalupe del Tepeyac para convertirla en Virgen primigenia y símbolo nacional.

"Muchísimos mexicanos ignoran que en España está la Virgen original. Sería bueno que las dos Guadalupes se confraternizaran, que México y España realizaran reuniones sobre el asunto. Para nosotros es un orgullo la versión iconográfica y la fe que despierta la Virgen del Tepeyac, que eclipsó en gran medida a la Virgen de Extremadura. Aquí hemos intentado, en varias ocasiones, entablar una fraternidad."


--¿Por qué no se ha logrado?

--Principalmente por la reticencia de las autoridades de la Basílica de Guadalupe. No quieren admitir a la Virgen española. Yo mismo fui testigo de ese rechazo. Recuerdo, por ejemplo, que en 1950 llegó al monasterio el entonces arzobispo primado de México, don Luis María Martínez. Venía acompañado por un grupo de obispos y peregrinos mexicanos. Nos traían una imagen de la guadalupana de México que, con gran entusiasmo, colocamos en nuestro santuario.
"Preguntamos al arzobispo Martínez si podríamos, en correspondencia, enviar una escultura de nuestra Virgen para que se pusiera en la Basílica de Guadalupe. Nos dijo que sí, que con mucho gusto. De manera que encargamos la talla a un escultor de primera línea. Resultó una imagen preciosa, a la que se le colocó corona y cetro. Antes de mandarla a México, la imagen hizo un recorrido triunfal por todos los pueblos de Extremadura. La gente se volcaba en procesiones, se le hicieron festivales folclóricos, misas solemnes y otros actos devocionales. Embalada, la Virgen se embarcó a México. Pero al llegar a la Basílica del Tepeyac, se negaron a admitirla. Dijeron que ahí no podía estar. Para nosotros fue un golpe brutal."

--¿Qué fin tuvo esa Virgen?

--No sé dónde quedaría. Al principio, la relegaron a la capilla del hospital Español de la Ciudad de México. Yo la fui a ver en 1966. Habían desaparecido su cetro y su corona. Después, hace apenas tres años, volví a visitarla, pero ya no la encontré. Su lugar estaba vacío. Pregunté al capellán por la Virgen, pregunté a varias personas... todas me contestaron que no sabían nada.

"A nuestro monasterio también vino el arquitecto que levantó la nueva Basílica del Tepeyac, Pedro Ramírez Vázquez. Lo acompañaba su esposa. Como cualquier peregrino, besó el manto de la Virgen, recorrió el monasterio y conoció su historia. Al final, dijo:' Ahora comprendo por qué en México no quieren hablarnos de esta Virgen de Guadalupe'."


La leyenda, por encima de la historia


Actualmente, el monasterio está a cargo de 10 franciscanos, quienes se apoyan en un centenar de seglares para mantenerlo. El superior de esta comunidad religiosa es fray Guillermo Cerrato, delgado él, rostro anguloso, como salido de los cuadros de El Greco que decoran los macizos muros. Su sencilla vestimenta contrasta con la magnificencia de los tesoros que están bajo su cuidado.

"Toda esta riqueza en pinturas, esculturas, libros corales y joyas sirve para provocar y mantener la fe de un pueblo creyente", refiere mientras deambula por los corredores del claustro.

Cuenta que del siglo XIV al XVII se vivió el esplendor del monasterio. Entonces sólo lo igualaba el de Santiago de Compostela. Después vino una "época de abandono y decaimiento". Lo saqueó en 1808 el ejército invasor de Napoleón Bonaparte, y en 1835 padeció la desamortización de los bienes del clero. A partir de 1908, los franciscanos se instalaron en él.

Mientras fray Guillermo conversa, un puñado de fieles entra en procesión al santuario, llevan un pañuelo azul anudado al cuello. Se mezclan con un ruidoso grupo de escolares adolescentes, controlados por una monja que trae un silbato. Turistas extranjeros fotografían una antigua fuente circular.




"Muchas personas vienen atraídas por la historia y el arte que encierra el monasterio. Muchas otras se acercan por devoción. Unas y otras salen al final convencidas de que el centro de esta casa es el icono de la Virgen", comenta el superior. Coincide en que "la Virgen de México nació bajo la advocación de la Guadalupe de Extremadura". Y agrega que, si lo demuestra la historia, "al indio Juan Diego no se le pudo aparecer otra Virgen que no fuera la de Extremadura".

Como encargado del monasterio, fray Guillermo dice que procura mantener un "distanciamiento respetuoso" con las autoridades de la Basílica de Guadalupe en México, "para no abrir posibles heridas". Ese distanciamiento se mantuvo durante todo el proceso de canonización de Juan Diego, a quien finalmente el Papa hizo santo el año pasado. Los franciscanos se mantuvieron al margen de la pugna entre los llamados aparicionistas y antiaparicionistas que discutían la existencia del indígena.

El cronista fray Sebastián García revela que Guillermo Schulenburg, el abad que fue expulsado del Tepeyac por no creer en las apariciones de la guadalupana, un día le habló por teléfono para tratar el tema:

"Hablamos de todas esas cosas y de la posible canonización de Juan Diego. Yo le dije que el asunto de la Virgen del Tepeyac es una cuestión mexicana, que nosotros no teníamos por qué meternos en eso."

--¿Schulenburg quería que usted lo apoyara?

--No. Simplemente me pidió mi opinión. Y yo se la di. De eso hará unos cuatro años [1999].


--Y durante la investigación vaticana para canonizar a Juan Diego, ¿los consultó, a ustedes, la Congregación para la Causa de los Santos? ¿Envió investigadores a este monasterio?

--No, que yo sepa. Tal vez consultaron nuestros libros que se encuentran en cualquier biblioteca de España. Quizá no les convencieron. No lo sé. Al Vaticano lo que le interesaba era comprobar la existencia de Juan Diego y las apariciones del Tepeyac.

--¿No invalidan a esas apariciones el hecho de que la Guadalupe mexicana sea una copia de la de Extremadura?

--La devoción mexicana salió de aquí, ¡es cierto! Construimos una ermita en el Tepeyac, ¡es cierto! Y bueno, ya después pudo aparecerse la guadalupana, ¿por qué no? No son cosas contradictorias. En fin, nosotros respetamos mucho la decisión del Vaticano de canonizar a Juan Diego. El problema es que, en México, a la leyenda se le dio carácter de historia. Es una leyenda hasta el relato que habla de las apariciones, el Nican Mopohua.

--La aparición de la Virgen de Extremadura al pastor Gil Codero también es aquí una leyenda.

--¡Sí! ¡sí! ¡Por supuesto! Pero nosotros deslindamos muy bien lo que es leyenda de lo que es historia. Eso de que nuestra Virgen estuvo escondida cerca del río, durante la conquista árabe, tampoco lo podemos probar. No hay documentos al respecto. ¡Pura leyenda!

--¿A usted, como religioso de este santuario, no le causa problemas el decir que las apariciones de su Virgen son leyenda?

Fray Sebastián sonríe por la pregunta. Concluye de buen humor:

--Ningún problema. No pasa nada. Aquí las apariciones de la Virgen no son ningún dogma nacional. Lo que pasa es que allá, en México, son más puristas que el Papa.


Nota y entrevista publicada en Revista Proceso (México) N° 1414, 7 de Diciembre de 2003






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viernes, 11 de diciembre de 2009

Un cura acepta dos años de prisión por estafar unos 44.000 € a otro sacerdote

. viernes, 11 de diciembre de 2009
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Viernes 11 de Diciembre del 2009

Un cura de la capital jiennense de 73 años de edad ha aceptado una pena de dos años de cárcel por estafar unos 44.000 euros a otro sacerdote, un delito en el que también está implicada otra persona que igualmente se conformó con otros dos años de prisión por estos mismos hechos.


En el juicio celebrado este jueves en la Audiencia Provincial, según fuentes judiciales, tanto el cura, identificado como L.M.J., y el otro procesado, Juan Vicente E.C., aceptaron esos dos años de cárcel más el pago de una multa de 360 euros.


Inicialmente el Ministerio Público pedía que cada uno de ellos fuera condenado a seis años de cárcel por un delito continuado de estafa, si bien en la vista el fiscal retiró que el delito fuera continuado al entender que podía suponer una doble agravación por un mismo hecho y reclamó que cada uno fuera condenado a dos años de prisión, calificación ante la que los procesados mostraron su conformidad.


Todo el caso comenzó cuando el sacerdote procesado conoció al otro acusado, de 48 años de edad, porque este último solía pedir limosna a la entrada de una iglesia. En principio, se entabló una amistad entre ambos en la que el sacerdote le entregó dinero para ayudarle, tal y como se informó desde la Policía Nacional cuando se detuvo en junio del pasado año a los dos acusados.


No obstante, el sacerdote acabó entregándole prácticamente todo lo que tenía -en el año 2000 llegó incluso a comprarle una casa- y acudió a la víctima, otro religioso que ha padecido varios ictus y de 79 años de edad, para pedirle también dinero con el fin de dárselo a ese otro hombre, requerimientos a los que este accedió en diversas ocasiones hasta que su familia se dio cuenta, según estas mismas fuentes.


En concreto, fue una hermana de la víctima quien empezó a investigar después de que en una ocasión en que su hermano estaba ingresado en el hospital acudió el sacerdote allí para que la víctima le firmara unos papeles. Ella le preguntó que para qué eran esos documentos y al no obtener una respuesta del detenido inició averiguaciones, con lo que se dio cuenta de que su hermano había sacado de su cartilla más de 40.000 euros.

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Sacerdote admite tuvo hijo con una joven Cubana

Viernes 11 de Diciembre del 2009



SANTO DOMINGO.- Arturo Sánchez es un sacerdote que viajó a una misión sacerdotal a Cuba y en plena parroquia de Guantánamo comenzó a dar escarceos amorosos a una joven de 18 años, a quien logró traer a República Dominicana bajo el alegato de darle una “Ayuda Humanitaria” y luego embarazó y ahora es demandado en paternidad. En una entrevista concedida a la periodista, Alicia Ortega, el “prelado” católico se confesó, admitió la paternidad de su hijo y pidió perdón a quienes creyeron en Cristo a través de sus prédicas. Dijo que fue un error, pero que eso es cosa de humano y que al parecer se dejó arrastrar por la carne.

El religioso dominicano llegó incluso a considerar la posibilidad de quitarse la vida, al tiempo de insistir en su arrepentimiento, que admitió sin rubor ante la cámara de Alicia Ortega, una investigadora que ejerce el periodismo como un sacerdocio en República Dominicana.

El párroco fue conminado a asumir la manutención del hijo que procreo con la joven Yelaine Valles Desten con la que mantuvo una relación de ocho años.

“Yo pido perdón, reconozco que fue un error y pido perdón a toda la gente que creyó en el señor a través de mi”, expuso escuetamente el “sacerdote”

Sucintamente, el “padre” Arturo Sánchez, reconoció desde el primer momento la relación y luego el estado de gestación de la joven madre, pero ató los cabos para regresarla a Cuba, para evitar el escándalo.

Al momento de iniciarse la relación la joven tenía 18 años y el cura, 50 y al día de hoy, el prole fruto del amor de ambos cuenta 9 años de edad.

“No se como se dio ese enlace, pero se dio”, dijo para luego afirmar que hubo una relación profunda con la muchacha.

Y agrega: “Yo quería hacerle una ayuda humanitaria, trayéndola a República Dominicana, porque la pobreza golpea muchos a las familias pobres de Cuba”.

Dijo que el embarazo fue algo inesperado, sorprendente y se confesó ser una persona ingenua en materia de amor.

Manifestó que conoció al año a su hijo e indicó que mensualmente enviaba recursos para su manutención en sobre a Cuba.

El “sacerdote”, dijo que tras el embarazo viajaba constantemente a Estados Unidos a colaborar con las iglesias, donde encontraba ayuda para enviar recursos a su hijo a la Cuba de Fidel Castro.

Más adelante y en medio de una pregunta de Alicia Ortega, el “religioso”, admitió también que llegó a amar a la madre de su hijo, a la joven Yelaine Valles Desten, “pero que primero de juego que comenzó a estar con ella”.

EN LA JUSTICIA

El “cura” católico, confirmó en la entrevista con Alicia Ortega que ciertamente está siendo demandado en la justicia, por paternidad, pero que ya eso se arregló.

Indicó que está pagando 5 mil pesos mensual, dinero que dijo pide a los amigos para no tomarlo de las ofrendas que recibe en la iglesia donde ejerce el “sacerdocio”, la cual no fue identificada.

A menudos sacerdotes son escenario de escándalos por practicar pedofilia y tener escarceos con feligresas o devotas.

Desde un punto de vista médico, la paidofilia o pedofilia es una parafilia que consiste en que la excitación o el placer sexual se obtienen, principalmente, a través de actividades o fantasías sexuales con niños de, generalmente, entre 8 y 12 años.

A la persona que padece pedofilia se le denomina pedófilo, un individuo de, al menos, 16 años que se entretiene sexualmente con menores de 13 y respecto de los que mantiene una diferencia de edad de, por lo menos, cinco años

La pedofilia es un rasgo multifactorial en la personalidad del que la padece, y se compone de aspectos mentales, institucionales, de actividad, de educación sexual, de violencia, de control de las pulsiones, etc.

En este sentido, se suelen distinguir dos tipos de pedofilia, una primaria o esencial, muy arraigada en el sujeto, y otra secundaria (u otras), que aparecería motivada por factores circunstanciales.

Autor: MANUEL A. VEGA


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jueves, 10 de diciembre de 2009

El Oscuro Origen Ideológico de Felipe Calderón y el PAN

. jueves, 10 de diciembre de 2009
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Jueves 10 de Diciembre del 2009





El pasado 6 de Diciembre de 2009, el Presidente rindió un homenaje luctuoso a su Padre el Licenciado Luis Calderón Vega, y nos dejo claro, una vez mas, su oscuro origen ideologico del Presidente y del PARTIDO ACCION NACIONAL. Analicemos algunas palabras que dijo en su dicurso:

“Pero el relato de Andanzas tiene mucho contenido novelístico, pero quizá tenga más de realidad, porque efectivamente mi padre, de adolescente, a sus 14, o 15 años, 16, cuando más, efectivamente fue correo de Los Cristeros, y traía en una canasta de pan, relataba él, o de tortillas, precisamente aquí por la calzada, ahora Calzada Ventura Puente, que entonces era un camino de mulas, llevaba abajo, en el doble fondo de esa canasta, llevaba cartas, correspondencia de un correo, y en alguna ocasión cartuchos, a un grupo de Cristeros que estaban asentados en la Loma de Santa María.”



Recordemos que los cristeros fue un grupo armado encabezado por la jerarquía católica, quienes a la voz de “Viva Cristo Rey” se enfrentaron a el gobierno mexicano, matando, robando y cortándole las orejas a los maestros, asi como: violando a las maestras, para después arrastrarlas a galope de caballo a la salida del pueblo y por si fuera poco, les cortaban los senos con el machete bendecido por el cura, para al final colgarlas de un árbol, para escarmiento de los demas.

Y toda esta crueldad y lucha se debió a que el gobierno de Plutarco Elías calles, les estaba quitando poder, ese poder de la tierra que los tiene tan embriagados, y que los aleja más del evangelio de los cielos y de las buenas obras.

Analizemos otro fragmento del discurso:

” Era severo en sus juicios, era feroz, diría yo, a la hora de atacar lo que tenía que ser atacado y combatido. Era casi, era, simple y sencillamente, intransitable en las cosas que le indignaban y que le molestaban. Una de ellas, la más quizá: la hipocresía.” “Quizá, de los pasajes que más, no sé si el que más mencionaba, pero seguramente le hubiera entusiasmado mucho, es la de La Expulsión de los Mercaderes del Templo.” “Porque una buena parte de su vida se fue, precisamente, en distinguir la congruencia y la incongruencia entre lo que se cree y lo que se vive.”

Se escuchan muy bonitas sus palabras hacia su Padre, pero veamos con la biblia, si la vida de Luis Calderón Vega, fue congruente con el cristianismo o tan solo fue un hipócrita cómplice de asesinos. Juan 8:44 cuando Cristo les dice:

“Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.”

No basta ser un erudito, para saber que: Luis Calderón Vega, estuvo tan lejos de seguir las enseñanzas de Cristo, por seguir las enseñanzas de la jerarquía católica, la iglesia mas anticristiana de la historia. Estamos de acuerdo en que fue congruente con su fe católica, pero un hipócrita para la enseñanza de Cristo. Y para muestra,veamos otra cita bíblica Mateo 15:7 donde Cristo les dice:

“Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:

Este pueblo de labios me honra;

Mas su corazón está lejos de mí.

Pues en vano me honran,

Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.”

Queda claro, como la iglesia católica ha cambiado la doctrina cristiana,, predicando la crueldad, antes que la bondad, y como ha enseñando esa misma doctrina de muerte a sus seguidores. Por lo tanto, si tu eres un seguidor de ellos, analiza sus enseñanzas, porque tu alma está en riesgo de condenarse al seguir enseñanzas ajenas a Dios.

Les dejo todo el discurso y les mando un saludo a todos los que me visitan, comentan y colaboran

LMDP


El Presidente Calderón en el XX Aniversario Luctuoso del Licenciado Luis Calderón Vega
Domingo, 6 de Diciembre de 2009 | Discurso

Morelia, Michoacán




Qué tal. Muy buenas tardes ya.

Queridas amigas, queridos amigos, paisanos.

Licenciado César Nava Vázquez, Presidente del Partido Acción Nacional.

Senador José González Morfín, Secretario General.

Licenciado Germán Tena Martínez, Presidente del Comité Directivo Estatal. Muchísimas gracias por este evento.

Diputado Librado Martínez, Coordinador de los Diputados Locales.

Estimado Secretario Alonso Lujambio.

Estimado Luis Mejía Guzmán.

Querida Margarita.

Amigas y amigos todos:

Nuevamente, muchísimas gracias. Quiero empezar por agradecer a los organizadores y promotores de este evento. Al Comité Estatal del PAN, en Michoacán,a mis hermanos, y también a nombre de ellos, agradecer a todos este Homenaje Póstumo a mi padre, a don Luis Calderón Vega, ahora que se cumplirán, justo mañana, 7 de diciembre, 20 años de su fallecimiento.

Celebro, además, que este tributo se haga aquí, en Morelia, en esta ciudad que lo vio nacer y a la que tanto quiso, rodeado, además, de tantos familiares y amigos, y compañeros.

De esto diría, además, que su morelianidad, digamos, habría muchas cosas que decir.

Primero. Que mi padre tenía una raíz profundamente michoacana, por cierto, muy humilde. Él relataba, con esa bonhomía, con ese gran sentido del humor que le caracterizaba, que su abuelo, Luis también, era originario de Atapaneo, muy cerca de aquí, de Morelia, y que de profesión era introductor de ganado. Eso decía el abuelo, decía mi papá; los demás vecinos decían que era arriero, pero él era introductor de ganado.

Y luego su propio padre, mi abuelo, Luis, era, como relata en esa magnífica reseña autobiográfica, que además yo recomiendo ampliamente algún día escuchar, original y en su integralidad, que su padre Luis, Luisito, como le decían, era zapatero, primero un zapatero remendón, zapatero de banquito, decía mi papá, que estaba, en las calles pedregosas de Morelia, reparando zapatos, y que luego llegó a establecer su propia zapatería en lo que es ahora el Hotel Virrey de Mendoza, en la
parte baja, en la esquina, que se llamaba La Criolla, y por ahí salió una de las fotografías, por cierto, donde el personaje joven, delgado y muy moreno, que está a la derecha, es mi papá, que trabajaba en esa zapatería. De ahí que no me extraña,
por cierto, la cita del presidente César Nava, de alguna conferencia de la Unión de Fabricantes de Zapatos, o algo así, que seguramente el abuelo era pionero en esta ciudad.

Es muy difícil tomar distancia de alguien tan cercano, desde luego, y además también muy difícil sacar el orden de las ideas tal como lo traigo preparado, porque evidentemente vienen muchos recuerdos a la mente.

Uno, por cierto, es la reseña de esa primera novela, de Andanzas, que ha hecho Alonso Lujambio, que me evoca, por cierto, en el lugar donde estamos, una realidad. La hermana de mi padre, que vive, que es la tía Soledad, que está aquí presente y me da mucho gusto, que era mamá Sol para sus nietos y biznietos, numerosos; Cholalá, como le decía con mucho cariño mi padre, quizá ella no recuerde porque era muy pequeña, entonces.

Pero el relato de Andanzas tiene mucho contenido novelístico, pero quizá tenga más de realidad, porque efectivamente mi padre, de adolescente, a sus 14, o 15 años, 16, cuando más, efectivamente fue correo de Los Cristeros, y traía en una canasta de pan, relataba él, o de tortillas, precisamente aquí por la calzada, ahora Calzada Ventura Puente, que entonces era un camino de mulas, llevaba abajo, en el doble fondo de esa canasta, llevaba cartas, correspondencia de un correo, y en alguna ocasión cartuchos, a un grupo de Cristeros que estaban asentados en la Loma de Santa María.

Y él narra con mucha emoción cómo alguna vez le sorprendió de frente un contingente de federales y entonces corrió a esconderse abajo del puente, de lo que es ahora el Río Grande, en realidad quizá era el otro cauce del río, ya no sé cómo cambiaría aquí, la orografía de los ríos. Pero se escondió abajo del puente; se metió en el agua, pecho a tierra digamos, o más bien pecho hacia arriba, porque tenía que respirar de alguna manera entre los tules, y ahí tuvo que estar, un buen rato, horas, porque el piquete de soldados se sentó ahí a almorzar y a descansar, y muchas horas después, finalmente, e incluso ya entrada la noche, se fue.

A sus compañeros, a la célula a la que él pertenecía, finalmente, si los atraparon y algunos murieron. Él narra que de los 10 que eran en la célula a la que él pertenecía, porque era un sistema en que no permitía la comunicación entre unos y otros para asegurar su supervivencia, sólo él sobrevivió, no fue atrapado.

Y cuenta que la tía Lolita, que era la jefa de la familia, entonces, por cierto, la primera mujer; la primera mujer, la tía Lolita, la tía Dolores Calderón, fue la primera mujer que estudió y se graduó en la Universidad Michoacana.

Y saludo, por cierto, y perdón por la omisión, a la Rectora, me dicen que está por aquí, la doctora Silvia Figueroa, y le agradezco muchísimo su presencia.

También al Arzobispo, Monseñor Suárez Inda. Don Alberto. Muchas gracias por estar por aquí.

La tía Lolita decía, narraba de mi papá, que mi papá escondía las cartas y su material de correo debajo de la tierra de las macetas de la tía Lolita. Un día descubrió en qué andaba el sobrino, y fue y arrasó con todas las macetas y tomó todas las cartas y las metió a un brasero que tenía en la cocina.

Y parece que ahí se acabaron sus andanzas en el movimiento, pero seguramente no son pocos los detalles que recoge Andanzas acerca de sus compañeros, que tienen fundamento y veracidad. En fin.

Ha habido muchas cosas que se han acumulado en esta evocación, y creo que han sido magníficas las intervenciones tanto de Luis Mejía, como de Alonso Lujambio y César Nava. Quizá agregaré algunas cosas.

En primer lugar. Luis Calderón Vega fue maestro, y maestro de varias generaciones de michoacanos y de mexicanos. A mí también me dio, por fortuna, me dio clases, y me dio una clase magnífica de Sociología en el bachillerato; pero también daba clases de Literatura, de Historia de México, de Historia Universal; desde luego, de Sociología, Gramática, de, en fin, una gran diversidad.

Incluso, hubo un tiempo en que prácticamente en la casa no había ingresos estables o permanentes, y hubo un tiempo en que sólo vivíamos de las clases que daba mi padre y llegó a dar más de 40 horas a la semana, de clase, en diversos colegios.

Lo cual le trajo un problema de agotamiento, que el médico le prescribió descanso. Y lo que él hizo para descansar es construirle a alguna de mis hermanas una casa de muñecas de madera que estuvo en mi casa, mucho, muchísimo tiempo.

También debo decir que mi padre estaría por cumplir, en 2011, 100 años de haber nacido. Ustedes se preguntarán, bueno, cómo es posible la conexión entre generaciones y yo debo de decir lo que ustedes se imaginan, que era 51 años mayor que yo; es decir, cuando yo nací él ya tenía 51 años de edad y por eso se ufanaba de decir que era, más bien, mi abuelo.

Y así lo recuerdo y así lo recordamos sus hijos y sus amigos, estoy seguro, con un envidiable sentido del humor. Yo creo que todos los días tenía en el anecdotario que contaba al tomar su imperdonable café o cafés después de comer, un largo anecdotario de su vida y de sus amigos, que ojalá hubiéramos capturado, y gracias a la iniciativa de Maricarmen, mi hermana, un día que mi papá le preguntó: qué te regalo para tu cumpleaños.

Ella, sabia de lo que mi padre tenía, y también a sabiendas de lo que no tenía, que era dinero, le dijo: Mira, no te preocupes, mejor escríbeme tus historias y tus anécdotas.

Y fue mi papá que se puso a grabar, este ensayo autobiográfico que nos recuerda, además, todavía su timbre de voz que, como decía Armando Ávila Sotomayor, era el timbre, un timbre de badajo de campana mayor, una voz ronca, gruesa, grave.

Un buen humor, además, que estaba presente en muchas cosas. Yo recuerdo que cuando él se fue a México yo empezaba a irme a estudiar a la Ciudad de México, comíamos en fondas, comidas corridas, a veces en los altos del marcado de San Cosme, recuerdo. En alguna de esas, de plano la comida estaba tan fea, tan fea, tan desagradable la presentación del guisado, le dije: Oye, papá, esto sí de plano, no me acuerdo si era un guisado, alguna carne, sí de plano parece de perro lo que nos sirvieron.

Se le queda mirando fijamente al plato y dice: Sí, pero afortunadamente ya está muerto. Y entonces, siguió tan tranquilo comiendo.

El buen humor de mi padre, por cierto, no opacaba su firmeza de carácter, ni tampoco menguaba en lo más mínimo la manera en que fustigaba todo aquello que no le parecía.

Era severo en sus juicios, era feroz, diría yo, a la hora de atacar lo que tenía que ser atacado y combatido. Era casi, era, simple y sencillamente, intransitable en las cosas que le indignaban y que le molestaban. Una de ellas, la más quizá: la hipocresía.

Quizá, de los pasajes que más, no sé si el que más mencionaba, pero seguramente le hubiera entusiasmado mucho, es la de La Expulsión de los Mercaderes del Templo.

Porque una buena parte de su vida se fue, precisamente, en distinguir la congruencia y la incongruencia entre lo que se cree y lo que se vive.

Yo lo recuerdo también ahí en su biblioteca, un cuarto pequeño, en la casa donde todavía habita mi madre y donde llego yo en mis visitas a Morelia. Un cuarto pequeño donde estaba su biblioteca que estaba impregnada de olor a cigarro, y a café, y a libros, y a papel carbón.

Lo recuerdo teclear con frenesí en su máquina Smith Corona, una máquina que de portátil nada más tenía el nombre. Y aquellas hojas que tenían que hacerse además, el papel bond original más tres copias en papel cebolla, con papel carbón y que puntualmente ordenaba, metía, corregía, volvía a teclear.

Para hacer un libro, entonces, o para hacer un artículo, tecleaba una y corregía las copias a mano, y volvía a teclear todo el texto, las 100, 200, 300 páginas las volvía a teclear, corrigiendo error tras error. Hasta que finalmente salían aquellos libros. Y vaya que era escritor.

Lo recuerdo, además, muy agradablemente porque cuando él se fue a vivir a México, a trabajar, entre otras cosas, en el PAN. Porque han de saber ustedes, se imaginarán, que en aquella época cada campaña electoral, era perder el trabajo.

Trabajó en una unión de crédito, trabajó en una asociación de cafeticultores, más vinculado a Uruapan; trabajó como maestro. En fin. Hizo todo lo que pudo.

Pero llegaba una campaña, llegaban los inefables: don Miguel Estrada Iturbide; llegaban quizá algunos amigos del partido y hablaban muy seriamente con él. Yo no entendía mucho, yo era muy pequeño, pero luego salía, se iban muy circunspectos y al día siguiente ya sabíamos que mi papá había aceptado, otra vez, ser candidato del PAN, porque nadie quería ser candidato entonces.

Seguramente le decían aquellas mentiras piadosas, que ya todos conocemos: te vamos apoyar; tú nada más pon el nombre, te vamos a conseguir dinero; te vamos a conseguir los representantes, ya están. Eran válidas, eran válidas y siguen siéndolo, yo creo, siempre y cuando la obra, desde luego, lo justifica.

Y luego, bueno, venían tiempos difíciles en la casa, porque se caía el ingreso de la casa. Y nosotros, nos tocaba doblar propaganda después de comer. Mis hermanas hacían engrudo en la cocina, nos íbamos a pegar propaganda, con Luis Gabriel, que era el hermano mayor, los amigos del PAN, de él y nosotros muy chicos, Juan Luis y yo. Ahí andábamos siempre, a la una, dos de la mañana, que era la hora en que las brigadas de la CTM, de la contra, digamos, ya se habían ido a dormir, o a beber, o a las dos cosas, y entonces ya nos podían dejar en paz pegar la propaganda.

Decía, él se fue a México, yo tenía, no sé, seis años, y ya cuando él regresa, ya jubilado, yo tenía unos 15 años, pero eso no impidió que a pesar de la diferencia de edad, y de la distancia, tuviéramos larguísimas conversaciones. Después de comer nos parábamos a dar la vuelta al bosque Cuauhtémoc, enfrente de la casa.

Y recuerdo que platicábamos de todos los temas, apasionantes; y todo lo que podía preguntar un adolescente entonces: de la vida, de la historia del PAN, de Dios, de México, de los liberales, de los conservadores, de los revolucionarios, de los reaccionarios, de sus temas, además.

Uno de los ensayos inéditos a los que refirió Alonso Lujambio, por ejemplo, era tan pasional que se llama, recuerdo, se llamaba, yo todavía alcancé a ayudarlo a teclear, ya cuando no podía hacerlo por la trombosis que tuvo hacia el final de su vida, se llamaba La Burguesía, El Concilio y La Revolución.

Yo creo que ahí recogía, precisamente, las grandes contradicciones que hay en la sociedad mexicana. Él hacía referencia a la burguesía, con una frase que no recuerdo si era de Bernard Shaw o de quién, pero que la describía como: nostalgia por el pasado, ignorancia del presente y temor del porvenir.

Y la refería, precisamente, en lo que fue en una de sus épocas de conversión a la política como su gran tensión, la falta de compromiso del cristiano con la política.

Quizá uno de los libros, coincido con Alonso, uno de los libros más fructíferos que escribió fue El 96.47% de los Mexicanos, y que hablaba del porcentaje de mexicanos que en el Censo de 1960, se declaró católico, 96.47 por ciento.

Sin embargo, él decía: si esto es así, si este país es católico, se supondría que habría una prevalencia de valores en los que está fundado el Cristianismo, concretamente la justicia, la verdad, la caridad, el amor.

Y en el México de 1960, como en el México del 2009, esto no es así. Y se preguntaba por qué razón entonces hay tal distancia entre lo que decimos que somos y lo que nuestra realidad es. Y él escribe este maravilloso ensayo que es, precisamente, un análisis de lo ocurre en México con la religión, y específicamente el catolicismo.

Se lo explica poco más o menos en el sentido de que, cuando viene la Conquista y los evangelizadores, la Iglesia en el mundo estaba enfrentando la Reforma Luterana y lo que eso implicaba era que se concentra la evangelización bajo la espada de Felipe II, que es un análisis y un reproche, o un señalamiento histórico que él hace, de imponer y de defender bajo la espada las afirmaciones de la Iglesia.

Y, entonces, se crea en México una religión que está centrada en la relación entre el Creador y el creado; es decir, entre el hombre y Dios, pero que olvidó, ignoró o no puso el énfasis suficiente entre el creado y las otras criaturas; es decir, fue una evangelización que se centró en los dogmas de la fe, combatidos por el luteranismo, pero no se concentró en los valores de vida de la fe.

Fue una religión, decía él, de culto, de muchas imágenes, de muchos santos, de muchas iglesias, de muchos ritos, de muchas tradiciones, pero no de cultura; es decir, no de valores cristianos, que se viven día a día.

Y eso provocó una terrible disociación en México entre lo que se cree y lo que se vive, y él lo ejemplificaba: cómo es posible que hoy quien es el patrono de las fiestas, del Santo del pueblo, es, a la vez, el principal explotador del pueblo, el que especula con las cosechas, el que se queda, precisamente, con la ganancia de los agricultores.

El libro que escribió, La Reacción, que, precisamente, hace referencia a lo mismo, cómo es posible, el personaje, el dueño de su molino, además, el que relata mi padre, es un hombre que, finalmente, abusa de sus trabajadores.

Y por eso él, no cabe duda que gran parte de sus novelas son muy autobiográficas, inicia un sindicato, un sindicato católico para defender a los trabajadores; porque parte de la incongruencia que él observa es, precisamente, la falta de consistencia entre los valores cristianos y la realidad mexicana. Y eso yo creo que lo tensa toda su vida.

Y si algo marca a mi padre es, precisamente, la congruencia, la obstinada congruencia, diría yo. Él era escritor, como ya magníficamente ha descrito aquí Alonso Lujambio. Yo debo confesarles que de niños como que no nos gustaba eso, cómo que escritor, porque no dices que eres licenciado, pero que no ejerces, en fin, las cosas que uno suele hacer con los clichés.

Y él estaba muy orgulloso de su profesión de escritor, muy orgulloso, lo decía y no había cosa que más le satisficiera, pero, además, a él le tocaba siempre pagar, no una vez, sino siempre, las ediciones de sus libros; uno que otro le fue muy bien.

En el 96.47 por ciento pegó, y él mismo narra que eso le permitió comprar un Opel, que fue el coche que tuvimos en la casa hasta que un buen día, quién sabe de qué manera el coche se estrelló. Pero, bueno, no fue mi padre, por cierto, el que. En fin.

Pero fueron muchos años después. Siempre se descomponía, eso sí, en la carretera.

Bueno, fue un hombre, además, prolífico, como ya dijo Alonso, porque escribía como Luis Calderón, pero escribía también como Lope de Velera y Jules de Chanteclair, y tenía como seis o siete seudónimos.

Por qué.

Porque si uno revisa las revistas de aquella época en las que él escribía, sea La Nación, sean otras; pues escribía en la revista Luis Calderón, Jules de Chanteclair, Lope de Velera y otros más.

Es decir, el mismo con varios seudónimos que le permitía darle variedad a las revistas, porque era el que la redactaba, la imprimía, la escribía y la vendía o la regalaba. En fin.

Quizá el relato que oímos hoy es, carga más sobre su primera espiritualidad, digamos, que fue muy intensa, de estudiante. Efectivamente, lo expulsan de San Nicolás un par de veces. La primera, porque no concuerda con la masacre de la procesión religiosa sobre la Calzada de Guadalupe.

Él organiza un manifiesto del que, entonces Rector de la Escuela de Mecanógrafos y Taquígrafos, que era la secundaria de la Universidad, obliga a todos los muchachos a retirar su firma. Y sólo él y otros tres se niegan a retirarla.

Y él, en el texto, en la voz que no oímos, dice: perdóneme, Director, yo sé poner mi firma, pero no sé retirarla. Entonces, lo expulsaron de la Universidad. Lo volvieron a expulsar poco después.

Y su gran amigo, Natalio Vázquez Pallares, entonces Presidente del Consejo Universitario, le comunicó que estaba expulsado de la escuela. Y él le contestó: se han equivocado, Natalio, pero eso no obsta que nos veamos hoy en la tarde y como siempre a tomar nuestro café y a platicar de las cosas que nos interesan.

Y así fue, supo ser amigo de sus adversarios y un buen amigo, pienso.

Después se refugió en la Libre de Michoacán, que también en aquella época, el autoritarismo prevaleciente, cerró. Y entonces tuvo que emigrar, como tuvimos que emigrar después muchos. Afortunadamente, se han abierto nuevos tiempos en el estado, hace mucho.

Pero, tuvo que emigrar y entonces llegó a la Ciudad de México. Y ahí se involucró, efectivamente, con la Unión Nacional de Estudiantes Católicos, de la cual ya se ha hablado, fue Secretario General y luego Presidente.

Presidente, además, con sus queridos y queridísimos amigos, muchos de ellos sus compadres. Fue su compadre El Chino Hernández Díaz, un pintor magistral, conversó, por cierto, del marxismo al catolicismo por la acción de la UNEC.

El compadre Gonzalo Chapela, por supuesto, autor del Himno del PAN, de aquí de Huiramba, también paisano nuestro, y que, además, compuso Yunuén, por cierto, la bellísima canción que, muy bien interpretada aquí por el Grupo Ensamble, que escuchamos hoy.

Otros compadres, desde luego, Adolfo Pimentel y otros más. Narraba alguna vez mi papá que eran muy bohemios, ciertamente, y, entonces, llevaban piano en una carreta de San Juan a llevar serenata. Y ahí iban en el piano todos y como mi padre no tenía novia, entonces, le llevaba serenata a la Catedral de Morelia.

Y, entonces, con el piano se pasaba la vida con sus compadres. Yo recuerdo el día que fui a pedir la mano de Margarita, mi papá ya no vivía, nos acompañó quien a la a postre nos casó, un jesuita también, y el padre sacó la guitarra, él fue, digamos, en lugar de mi papá, digamos, fue también miembro de la UNEC, por cierto, y sacó la guitarra y cantó una bellísima canción de mi papá que yo no conocía.

Desgraciadamente, no tuvimos la precaución de recuperarla, pero así fue. Y era un hombre que le gustaba mucho la música y la vida. Era un hombre que vivía intensa, intensamente.

Con la UNEC, además, recorrió el mundo, como ya sabemos. Ahí, por ejemplo, fue entrañable amigo de otro gran mexicano, Carlos Septién García, uno de los mejores periodistas de México y fundador de la revista La Nación.

Y con Carlos Septién hicieron esta labor de conversión y de construcción a la vida política, porque de UNEC pasaron luego al PAN, con un punto intermedio, que es la lucha por la autonomía universitaria.

Aquí hay que decir que por qué fue la lucha por la autonomía universitaria, o qué decía, entonces, el Artículo 3, que dijo Lujambio. Lo que pasa es que entonces el Artículo 3 y la doctrina imperante en el país obligaba a que toda la educación, toda fuera socialista.

Y en la Universidad como tenía que haber educación socialista y nada más educación socialista, para los entonces dirigentes de la universidad era incompatible la libertad de cátedra con la verdad que implicaba la educación socialista; es decir, como la educación socialista era la verdad, para qué entonces libertad de cátedra. Esa era la verdad.

Y la lucha por la libertad de cátedra fue eso, la lucha por la apertura de las ideas, y por eso los grupos de la UNEC, conocen ahí en la Universidad al joven Rector Gómez Morin, al cual el Gobierno le tiene que reconocer la autonomía a la Universidad, que entonces es Universidad Nacional Autónoma de México.

Y a regañadientes la reconocen, pero el Gobierno también le quita el subsidio a la Universidad para que muera de inanición. Y entorno a Gómez Morin se organizan los estudiantes, hacen colectas, dan ellos mismos clase gratuitamente y la Universidad se salva.

Cuando fue Diputado Federal, ya recordaba aquí Luis Mejía Guzmán, pronuncia un inolvidable discurso, para hacer valer la iniciativa que otros compañeros habían presentado, y que a la postre se consagra en el Artículo 3, de la autonomía universitaria 1979. En esa ocasión habló de la autonomía como un derecho inalienable de la sociedad. Y dijo: Una verdadera universidad ha sido, es y será siempre crítica y que su importancia radica, en que protege y coordina todas las corrientes del pensamiento.

Su liderazgo fue universal. En el Congreso de Lima se encuentra con Eduardo Frei, a la postre Presidente de Chile, y con Rafael Caldera, a la postre Presidente de Venezuela y con otros líderes continentales más.

Aquí hay que decir, amigas y amigos, que por cierto, después de El 96.47 % de los Mexicanos, escribió otro ensayo, citado muy bien por Germán Tena, que se llamó Política y Espíritu, y el subtítulo era muy descriptivo: Compromisos y Fugas del Cristiano.

Y lo que aborda él es, la imperiosa necesidad del cristiano de hacer el bien. Y si habría que hacer el bien tenía que participar en política, que era exactamente lo que estaba mal en México.

Y esta reflexión llevó, por ejemplo, a gente como Carlos Castillo, entonces un joven, creyente muy intenso, a decir, como él mismo reconocería después, que él tomó la decisión de militar en política y participar en el Partido Acción Nacional, a raíz de la lectura de Política y Espíritu, de mi padre, a quien le decía con cariño, Joven Abuelo.

Y aquí hay algo que muchos de ustedes no saben. Mi padre también comentaba a la vez, que quien lo impulsa a esta reflexión, que es la que marca su vida, cuál es el rol del cristiano en el mundo contemporáneo y en política en México, específicamente, es en una casa estudiantil de la Ciudad de México, quien era el asesor espiritual de los estudiantes en esa casa; a la sazón, entonces, un joven sacerdote de apellido Méndez Arceo, que luego sería Obispo de Cuernavaca.

Y, precisamente, mi padre era, entonces, muy joven, un crítico de la política en México, del autoritarismo, etcétera. Pero el sacerdote éste le dice: Bueno, el problema es que ustedes, que están en la Universidad, que estudian y que promueven conocimiento, no hacen política. Y, entonces, él, años después, participaría entusiastamente en la fundación del Partido Acción Nacional.

En fin. Toda esta experiencia contribuyó eventualmente a la fundación del PAN en 39. Carlos Castillo relata el episodio así. Cuando estos jóvenes se encontraron con Gómez Morin, primero en la Universidad que luchaba por su autonomía y luego en la voluntad de crear un instrumento político estable y centrado en principios de doctrina, la identificación fue plena.

Quienes habían abrazado como estudiantes las causas del nacionalismo, de la libertad de enseñanza, de la justicia social, la revisión racional y lúcida de la historia nacional, entre otras, sintieron suyas las ideas del joven ex Rector y suya, asimismo, la voluntad de emprender desde el campo político, aquella Reforma del Estado y de la sociedad, adfinis fundamentis; es decir, desde el centro mismo de sus fundamentos, de la que se hicieron servidores los fundadores de Acción Nacional.

Él formaba parte de una generación que quería transformar a México en una organización, a través de una organización que perdurara en el tiempo, formada por hombres libres y que cambiara, en el largo plazo, el hacer político de nuestro país.

Como dice Carlos Castillo, Gómez Morin y los jóvenes que le siguieron, fueron fundadores de tradiciones que no miran hacia atrás, que, por el contrario, a partir de un enraizamiento sin ambages en el pasado, son capaces de elaborar y dejar como herencia una mirada acertada hacia adelante.

Habría que ver antes, muchos años antes, los estudios de la UNEC, los unéficos, respecto de nuestro cuasi paisano, nuestro santo no reconocido, digo yo, que es Vasco de Quiroga.

En los 30, los unéficos michoacanos, que eran, por cierto, un buen número, hacen un estudio profundo de la obra de Vasco de Quiroga y su proyección en el tiempo presente, y décadas antes del Concilio Vaticano II, afirman la imperiosa necesidad de un compromiso social de los católicos en México y en el mundo, que no está siendo abordado plenamente por, en ese caso, la feligresía católica de entonces.

Hay aquí, por cierto, algo que enfatizar. En la medida en que mi padre subraya el deber político del cristiano, también enfatiza la necesaria separación entre religión y política, y entre partido e Iglesia.

Y también señala, con rudeza, diría yo, desde el propio Cuba 88, el libro de la UNEC, la participación, que causa un enorme deterioro y erosión de la organización, de grupos ocultos en la militancia que habían penetrado a la UNEC.

Hay un capítulo fulminante que se llama Tecos y Conejos, donde señala con índice de fuego, como se dice, cómo los que, como bien ha descrito Lujambio, quienes tenían cierta rivalidad, que a la postre se fue profundizando de la posterior ACJM y otros círculos de la Iglesia, veían en la UNEC, en los universitarios, poderosos oradores, en sus comprometidos gestos, ideas distintas. Él es muy crítico de ello.

Un día le preguntamos. Por ejemplo, mi papá nos decía a mis hermanos y a mí que nunca nos iba a tocar ver un gobernador del PAN. Imagínense. Yo creo que quería bajarnos las expectativas.

Y para nosotros era la pregunta obligada: bueno, entonces para qué, qué caso tiene hacer tanto sacrificio si nunca, nunca se va a reconocer nuestro triunfo.

Y él era muy claro en eso. Él nos decía que lo que había que hacer era por cumplir un deber, el deber de hacer el bien. Y el bien que más obliga y que más se necesita en este mundo es el bien común.

Y que la única forma de hacer bien común, es hacer política con principios. Y aprendimos a hacer política por el deber ético de construir y hacer el bien.

Y esa realidad fue la que cambió, estoy seguro, en buena parte la historia de México; porque se necesitaba verdaderamente tener ideas casi descabelladas, tratar de hacer democracia en un medio profundamente antidemocrático y tratar de construir una vida pacífica en un medio profundamente violento, sin disparar una sola bala.

Yo considero que esto es una de las mayores grandezas que mi padre nos heredó: el sentimiento del deber y del deber cumplido, el hacer las cosas por un deber que va mucho más allá de las limitaciones y los costos que la acción implica.

Tuvo gran aprecio, obviamente, por don Manuel Gómez Morin, por don Efraín González Luna. La anécdota que les puedo contar es que el día que se casó mi padre en Las Rosas, un domingo 12 de julio, los padrinos llegaron tarde, los padrinos eran Manuel Gómez Morin y Efraín González Luna, y llegaron tarde porque se fueron a caminar por las calles de Morelia.

Y como justificación y de broma, uno de ellos dijo: Bueno, si el Pildo se tardó tantos años en casarse, se casó a los 42 años, por qué íbamos a suponer que se iba a casar a tiempo el día de hoy.

Nació, por cierto, un 27 de febrero, y él estaba también orgulloso de la fecha, fíjense ustedes, porque también un 27 de febrero nació José Vasconcelos y otro 27 de febrero nació Manuel Gómez Morin. Y para él era una fecha muy significativa.

Murió, por cierto, en estas fechas y en la casa recordamos, primero a la tía Elisa, a quien quería entrañablemente, también maestra, que ya afectada por cáncer, le había dicho a mi mamá, que ayudaba a cuidarla, que se iba a morir el 8 de diciembre. Y la tía Elisa se murió el 8 de diciembre.

Y una tía que estaba también con ellas, se murió otro año el 8 de diciembre. Y el tío Fernando Calderón, médico muy querido aquí en Morelia, fue Director del Hospital Civil. En fin. El tío Fernando Calderón Vega murió en otro año, por supuesto, el 7 de diciembre, y mi padre también murió el 7 de diciembre. Coincidencias tan extrañas de la vida, como se dice. En fin.

Una de las cosas que hizo mi padre fue divulgar el pensamiento del PAN. El libro, por ejemplo, Humanismo Político, habla de los discursos de Efraín González Luna, pero no lo escribió Efraín González Luna, lo escribió mi papá.

Es decir, él recopilaba los discursos con taquígrafo, los transcribía a máquina y, entonces, los discursos que aparecen de don Efraín, son discursos que hacía mi padre en su biblioteca, o sea, los transcribía él.

Y, por cierto, el nombre de humanismo político es una frase que él acuñó, porque era al presentar el libro, que así se llama Humanismo Político, de González Luna, lo describe en el prólogo, dice él, en el preámbulo: si alguna vez hay que darle un nombre a la doctrina de Acción Nacional será el de Humanismo Político, y así finalmente fue bautizada la doctrina de Acción Nacional.

Escribió muchos libros. A mí de joven me gustaba uno, que lo había escrito él como un manual de artillería, digo yo, para los militantes del PAN, se llamaba Respuestas, algo que todavía no hemos aprendido a desarrollar, por cierto, que es responder ante los grandes problemas del presente.

Y mi papá hace el libro de Respuestas tomando declaraciones de diputados, no había senadores, entonces, de jefes nacionales, de líderes del PAN, sobre cada tema que la prensa solía preguntarles.

Entonces el libro de Respuestas es un catálogo de cosas que se deben de decir en la batalla política, algo que además a mí me sirvió mucho, porque el debate, las ideas, las campañas habría que abrevar y armarse de ideas, y esa dialéctica, precisamente que él ejercita en Respuestas, fue de una gran utilidad en aquellos años 70, no es un compendio de reflexiones.

Una de las cosas en que él insistía en sus libros, que es, precisamente la exigencia de compromiso. El escribió, por ejemplo, que debemos pasar de la oración, refiriéndose a los católicos, a la acción.

Y respecto de lo que dije hace rato de este temor del porvenir, que le aplicaba a cierta forma de pensamiento, a cierto tipo, al de grupos sociales o de comportamientos más bien.

Él dice, no hay que temer al porvenir, hay que adueñarse de él. Y con todo eso es fácil comprender que una figura tan señera como él, tuviera un peso decisivo en la formación de nosotros, no era de extrañar que militáramos en política, prácticamente todos, de alguna u otra manera.

Fue un hombre también muy adelantado a su tiempo, es algo que yo suelo citar insistentemente en los temas que a mí me emocionan quizás más, que son los del medio ambiente y el cambio climático.

En una Convención que ya citaba Luis Mejía, aquí, el PAN decidía ir a elecciones para Gobernador de Michoacán, y en 1980 el candidato sería Adrián Peña Soto, en paz descanse, y mi papá presentó un discurso que se llamó El Episodio y el Destino.

Y entonces él empieza a hablar en ese discurso de que se empezarían a derretir los polos, de que habría lluvia ácida y de que algunas zonas del mundo, algunas ciudades en las costas no sobrevivirían porque crecería el nivel de los océanos, que se derretiría la nieve de las cumbres nevadas de México, del Popo y el Iztaccíhuatl y yo creo que no faltó algunos de sus cuates ahí presentes, que hayan dicho: Ahora sí, don Luis, de plano, de plano, ya está muy grande, no.

Pero efectivamente él era, es la primera vez que yo oí hablar de temas ambientales.

Y cita, además, con pasión este tema en el cual yo lo he acompañado, dos brechas, dice él, que constantemente se agrandan, parecen ser el meollo de la crisis de la humanidad. La brecha entre el hombre y la naturaleza y la brecha entre el Norte y el Sur, el rico y el pobre.

Ambas brechas deben reducirse para evitar catástrofes que pudieran destruir al mundo. Pero sólo se logrará esto si se reconoce la unidad global y lo finito de la Tierra.

Amaba, desde luego, la justicia; amaba, desde luego, la naturaleza; amaba a Michoacán. Era un mexicano de a de veras, un sembrador de ideas y de ideales.

Predicaba con fuerza y su fuerza no era su voz, su ronca voz, su voz poderosa, su retórica privilegiada, su ímpetu de fuego en cada frase. Su fuerza era la congruencia, porque nadie, nadie podía señalarle una inconsistencia.

Sabían que era un hombre que creía apasionadamente y que luchaba también apasionadamente. Que nunca le importó ni las amenazas, ni la pérdida de trabajo, ni los fraudes, ni los atropellos, ni las inconsistencias, ni las incomprensiones que lo acompañaron una buena parte de su vida.

Sembró para el futuro y en él abrevaron muchas, muchas generaciones de mexicanos para quienes fue faro y guía.

Un hombre comprometido con su tiempo, un hombre comprometido con su destino, un hombre comprometido con los demás y por México.

Ya se ha hablado aquí y no cito los libros que escribió, la gente que admiró, los caminos que recorrió.

Cada generación para él representaba precisamente la posibilidad de una nueva ejecución del tiempo.

Y después de haber recorrido prácticamente una buena parte del mundo, de pasarse meses y años, una vez en Chile, otra en Perú, otra en España; no porque se quisiera quedar mucho tiempo o años, sino que generalmente tomaba un barco, y luego le decían ya en plena travesía, llegaba a un puerto donde le llegaba un telegrama de que el congreso al que iba se había suspendido y reagendado para otra fecha.

Y se iba, entonces y se le acababa el dinero a donde iba, ya no tenía dinero para regresar. Y entonces, se quedaba ahí muchos meses.

A mí me tocó ir, con Margarita fuimos a Madrid, yo recuerdo en 94, 95, y nos hospedamos, conseguimos hospedaje en un hospicio, o una casa de estudiantes, más bien, que era el Colegio Mayor de Guadalupe, en Madrid.

Y me enteré que ahí había estado mi papá. Y entonces fui al archivo y pedí si había alguna cosa de él, una carta, un expediente. Y efectivamente, había notas de mi padre, discursos, agradecimientos, y una deuda de no me acuerdo cuántas pesetas, pero que, desde luego, pagué puntualmente y quedó totalmente saldada.

Bueno, no quiero alargarme más. Ha sido ya largo, muy enriquecedora esta conmemoración. Simplemente, quiero agradecerles el que se haya hecho este homenaje, merecido.

Yo lo recuerdo como un hombre humilde, como dijo también Luis Mejía. Después de haber recorrido todo ese mundo y de haber vivido tanto y tan intensamente, cuando ya no podía caminar y estaba en su cuarto en una silla de ruedas, pedía que lo pusiéramos mirando a una ventana que daba a un jardín, un jardín que él cultivó y sembró, por cierto. Ahí en la casa de ustedes, en la casa de mi madre, ustedes pueden ver un pino, que es más alto que la casa. Yo recuerdo cuando lo plantamos con mi papá. Hay duraznos, toronjos, naranjos, limones, piñones, ciruelos y madreselvas, en fin, un jardín que él cultivó con mucho amor. Se quedaba viendo a la ventana que daba al jardín y decía con satisfacción y con tranquilidad: éste es mi panorama universal.

Cuando él salió del PAN, por diferencias importantes con la dirigencia de entonces, nunca, nunca, ni siquiera nos insinuó a nosotros, sus hijos, que lo siguiéramos en ese camino; nos respetó y nos apoyó siempre, siempre en nuestras decisiones, en nuestras determinaciones, en nuestras campañas.

En cada una de las etapas de su vida fue un hombre determinante, un hombre congruente, insisto. Carlos Castillo lo recuerda con estas palabras: Venía de lejos, con su frente amplia, su tez morena, su andar desgarbado, su formación católica, su pasión por la sociología y por la historia, su corazón generoso y su panismo concentrado.

Y él mismo se describe en esta autobiografía, relatada al inicio, que era alguien como el Marqués de Bradomín, de las sonatas de Valle Inclán, que era feo, católico y sentimental.

Seguro que lo era, desde luego, los dos últimos. Así pensaba él.

Quiero terminar, amigas y amigos, con una frase que nos es muy común en Acción Nacional. Es de don Manuel, que habla que no es lucha de un día, sino brega de eternidad.

Nos hemos quedado con esta frase, que es muy descriptiva de lo que aquellos muchachos, entonces, pensaban. Por cierto, otro paréntesis que olvidé. Algo significó mi padre y aquellos camaradas de entonces, Miguel Estrada, Miguel Ramírez Munguía, en Michoacán, como para que aquí en Michoacán el PAN ganara sus primeras victorias en todo.

En 1943 mi papá acompañó a Gómez Morin a la Convención del PAN en Morelia, y se lanzó candidato, probablemente era don Miguel. Mi papá hizo su primer discurso en el partido, que fue como era Domingo de Ramos, habló, precisamente, del sentido de alegría y de gloria que implicaba hacer una campaña, ya bien sabíamos que luego vendría, desde luego, su calvario, pero en fin, es otra historia, también sus resurrecciones.

Y dice que de regreso a México se pararon a comer en Zitácuaro, y ahí don Manuel le dijo: Bueno, Pildo, o don Luis, porque se hablaban muy respetuosamente, yo le agradezco me haya acompañado, aquí le voy a dejar un cheque y usted quédese aquí en Zitácuaro a organizar la campaña, usted va a ser el candidato.

Se bajó, no tenía dónde hospedarse, dice que caminó hasta avanzadas horas de la noche buscando un hospedaje, y que llegó a una pequeña comunidad pegada a Zitácuaro y que los niños, las mujeres y los hombres salieron despavoridos por ver aquella sombra negra en medio de la tormenta y de la noche llegar de quién sabe dónde.

Tres años después, en 1946, el PAN ganaba aquí en Quiroga su primera alcaldía; en Tacámbaro su primera diputación Federal y en Zamora su primera diputación local en todo el país.

Algo hicieron aquellos abigarrados jóvenes, leones combatientes, como ha dicho César Nava, es una frase que mi propio papá dijo en el velorio de Julio J. Vértiz, otro de los jesuitas de la UNEC y que Carlos le aplicó o habló de mi papá, a la muerte de él.

Y dice. Y guarden reverentes los campos desolados, el eco moribundo del último león.

Decía yo de la frase de Gómez Morin. La frase sí habla de la brega de eternidad y habla de la lucha de un día, y habla del deber permanente.

Pero habla de otra cosa que rara vez nos acordamos, y hoy la quiero recordar, porque soy su hijo: habla de que nuestro deber es herencia para nuestros hijos.

La frase de don Manuel dice así: No olvidemos, sobre todo, que nuestro deber es permanente, no lucha de un día, sino brega de eternidad y herencia para nuestros hijos.

Yo quiero decirles, amigas y amigos, que en el caso de mis hermanas, mis hermanos y yo, esta herencia nos ha hecho increíblemente afortunados.

Muchas gracias.


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