jueves 15 de abril de 2009
Laz Paz, abril (SEMlac).- Por primera vez en Bolivia, un tribunal ha enviado a la cárcel a un sacerdote. Eduardo Revich fue condenado a 10 años de prisión por el delito de abuso deshonesto en contra de tres adolescentes. Mientras, otro clérigo está prófugo desde 2007.
Los muchachos vivían en el internado San Miguel, regentado por el clérigo, y provenían del área rural del municipio de Icla, en el departamento de Chuquisaca.
De acuerdo al diario El Correo del Sur, la sentencia dejó insatisfechos a los familiares y al Ministerio Público, que pidieron 25 y 30 años de prisión, respectivamente, ya que el tribunal no consideró el testimonio de otras nueve víctimas.
Además, el Tribunal de Sentencia del municipio chuquisaqueño de Padilla, donde se realizó el juicio, absolvió al sacerdote del delito de corrupción de menores. Las partes demandantes anunciaron que exigirán la ampliación de la condena.
El juicio duró casi 15 horas, durante las cuales las organizaciones que impulsaron el proceso permanecieron en vigilia, entre ellas la Asamblea Permanente de Derechos Humanos y el Centro Juana Azurduy de Padilla.
Según la denuncia de las víctimas, que al inicio eran 18, el clérigo abusaba de los adolescentes del internado desde hace varios años. Se estima que el delito fue cometido en contra de unos 40 internos.
Revich fue nombrado párroco de la localidad de Icla en 2000, cuando también se hizo cargo de la administración del internado.
El caso fue conocido en octubre de 2007 y sólo un año después, en octubre de 2008, la Iglesia Católica determinó suspenderlo del ejercicio sacerdotal y cerrar el internado, mientras seguía en curso la investigación del Ministerio Público.
Hasta la instalación del juicio, el párroco se mantuvo bajo detención preventiva en una casa parroquial de la provincia Zudáñez, en Chuquisaca, mientras que muchos de los niños y adolescentes fueron acogidos por otros internados de la región, según el boletín de Terre des Hommes Suisse en Bolivia, organización que apoyó en la investigación.
En las zonas rurales de Bolivia es frecuente la existencia de internados, para niños, niñas y adolescentes que viven de forma dispersa en el campo y en lugares muy distantes de las escuelas.
La mayoría de las y los internos proviene de familias pobres, que optan por emigrar a las ciudades en busca de mejores opciones de vida.
Ex sacerdote prófugo
Entre tanto, sigue prófugo el ex sacerdote uruguayo Juan José Santana Trinidad, sobre quien pesa una denuncia por los delitos de maltrato y abuso sexual a unos 30 niños y adolescentes que estudiaban en el internado de Tapacarí, municipio rural del departamento de Cochabamba.
El caso también se conoció en 2007 y desde 2008 existe una orden de captura internacional contra él. El clérigo era director de la institución educativa.
Según reportes periodísticos de entonces, una monja que trabajaba en el internado descubrió al sacerdote con uno de los estudiantes e hizo la denuncia al Arzobispado; sin embargo, la notificación ante las autoridades se realizó dos semanas después y la orden de detención demoró otra semana. En ese tiempo, Santana desapareció.
La iglesia católica pidió perdón por este caso y alejó a Santana del ejercicio sacerdotal, hasta la realización del proceso canónico correspondiente.
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