martes, 20 de enero de 2009

UN BESO VIOLA LA LEY

. martes, 20 de enero de 2009

Hermosillo, Sonora, Enero 20 del 2009.

Por Esteban Martínez Díaz
No lo vas a creer, querido lector, pero los fanáticos religiosos que constituyen el ayuntamiento de León, Guanajuato, tierra de la vela perpetua y del Yunque estigmatizador de todos aquellos seres humanos que no van de acuerdo con su línea de la exacerbación política religiosa, que hace donativos para los conventos, iglesias y que camina del brazo de la derecha ultramontana, mientras tiene un alto índice de escuelas en mal estado y una gran necesidad de aulas nuevas, ha aprobado una ley que prohíbe los tocamientos y los besos en la calle, lo que es una violación de los derechos humanos y al libre albedrío de todo ciudadano, especialmente de los jóvenes.

Es para dar risa que el alcalde Eduardo Romero Hicks, al parecer hermano de uno de los gobernadores panistas que ha tenido Guanajuato, haya comentado la necesidad de que la moralina se ponga en vigor en su municipio, estableciendo el régimen de buenas costumbres y la supresión de la voluptuosidad de la juventud, parte concomitante en el desarrollo natural del ser humano en la tierra, esencial para la subsistencia de la especie.

Todavía no sabemos cuál será la pena que se aplique al "presidente besucón", Vicente Fox, violador de las leyes de la Iglesia, al retratarse en un apasionado y largo ósculo enfrente de la basílica de San Pedro en Roma, con la señora doña Marta Sahagún, a quien el Papa Juan Pablo II le negó audiencia por no estar casada por el rito católico con el presidente de México.

A esto viene a sumarse la afirmación del sexto Encuentro Mundial de las Familias, celebrado en este país la semana pasada, en el que se responsabilizó a las mujeres de las agresiones verbales y físicas de que son objeto por la ropa que usan y sus actitudes provocativas que provocan el morbo y el deseo sexual. En consecuencia, deben de ser prohibidas las minifaldas y los escotes, además de los movimientos cadenciosos de nuestras bellas y exquisitas mujeres al pasear su indiscutible belleza por las plazas y calles de esta tierra nuestra.

Nos sumamos a las críticas que ha recibido el presidente Felipe Calderón por su presencia en este evento religioso, violando la Constitución, que prohíbe la convivencia de las autoridades civiles con las iglesias de nuestro país, ya sean católicas, mahometanas, musulmanas, cristianas, protestantes, etc., ya que el Estado mexicano es laico y esta singularidad le fue impuesta por los liberales revolucionarios del siglo XIX, bajo la dirección de Benito Juárez.

Es por ello que la participación de Calderón en este acto, debe de ser motivo de un acuerdo del Poder Legislativo, en una crítica por este proceder, llamando su atención al cumplimiento de lo establecido en la Carta Magna, evitando que vuelva a repetirse y que los presidentes se conviertan en propagandistas de sus ideas religiosas, utilizando la investidura que ostentan, y no precisamente en una manifestación personal, a la que tiene derecho en su vida privada.

El presidente de la República lo es de todos los mexicanos. En consecuencia, no puede mostrar sus simpatías por algún grupo particular o por una cofradía religiosa o por un partido político. Su cargo se lo exige, la Constitución misma, con el fin de no poner en desventaja la propagación o competencia entre las diversas creencias o ideologías partidistas, ya que es derecho de los ciudadanos profesar la fe que consideren conveniente y la ideología que crean más adecuada.

Por otra parte, la nación es laica y terrenal, por lo que los asuntos del cielo y del mas allá deben de ser atendidos en los santuarios, en los templos, erigidos y confinados a estos servicios, por los sacerdotes autorizados para tal fin, llevando al cabo la evangelización sin salirse de estos lugares sagrados. Si no lo hacen, estarán invadiendo campos que corresponden a civiles y al gobierno.

Antes de la llegada del PAN a la presidencia, era una tradición altamente respetada que las autoridades no participaran en ceremonias religiosas con ese carácter. Menos con el signo de funcionarios públicos. Si acaso practicaban alguna religión, debían hacerlo en la intimidad de sus hogares.

Fue precisamente Vicente Fox, de Guanajuato, de donde proviene "la ley anti beso", el que puso en práctica la visita a las iglesias en acciones de gracias por el bien que estaba haciendo a su país con su gobierno bicéfalo, pidiendo el milagro de reproducir los panes, como Jesucristo, lo que logró en miles de millones de pesos que nunca llegaron a saciar el hambre de sus representados, sumidos en la necesidad y en la miseria. Estos panes alimentaron solamente a los miembros de la gavilla presidencial. El sobre precio del petróleo hizo el milagro.

En un supuesto gesto de humildad, desayunó con niños de la calle antes de tomar protesta como presidente de la República ante el Congreso. Jamás los volvió a ver durante su mandato. Antes de este montado teatro había estado en la Villa de Guadalupe, para agradecer a la Virgen Morena el apoyo que le brindó para alcanzar la primera magistratura. Y precedentemente a la toma de posesión, puso a sus hijastros por delante, en un discurso que dio cuenta de su desconocimiento de las leyes protocolarias de esta ceremonia, además de que la repitió en algunas de las ciudades que le fueron afines, incluyendo el auditorio nacional.

El Yunque había llegado a la presidencia de la República El animal más tenebroso y despiadado se encontraba ya en la residencia de Los Pinos, donde todavía sigue, combatiendo al liberalismo y a las reformas juaristas.

Pero el tiempo y los mexicanos están preparando el regreso de Benito Juárez a la oficina presidencial. Las huestes del Gran Indio avanzan. En el 2009 cercarán a sus enemigos y estarán listas para la victoria en el 2012.

Les espera a los fanáticos del Yunque otro Cerro de las Campanas…

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