Consultando la literatura al respecto de este tema concluimos que Halloween, o la fiesta de las brujas que se festeja principalmente en Estados Unidos y Canadá el 31 de octubre, es una celebración pagana que tiene su origen en la cultura céltica desde hace unos 2,500 años de donde se remonta a nuestra época.
Cuando el año terminaba al final del verano, precisamente el 31 de octubre en la noche, se suponía que la puerta del Más Allá se abría y los espíritus visitaban las casas de sus familiares, por lo que los aldeanos colocaban velas encendidas con calabazas para no ser perturbados, de lo contrario, los espíritus los hacían caer en terribles pesadillas.
Según la "Biblia satánica" del escritor Antón Lavey, los poderes diabólicos llegan en esta fecha a su cúspide con la exaltación del ocultismo, el terror y la muerte.
En Europa Occidental surge como festividad en 1600 como consecuencia de la disidencia de los sacerdotes paganos.
Llega posteriormente a Estados Unidos en el siglo XIX, de donde se internacionaliza a través del tiempo a otros países como consecuencia de la fuerza expansiva de la cultura norteamericana, y del enorme despliegue comercial, sobre todo del cine y la televisión, que ha hecho que se haya popularizado a partir de 1980 en Honduras, un país lamentablemente sin identidad proclive a la penetración cultural extranjera.
La Iglesia católica, queriendo combatir el paganismo, instituye a través del papa Gregorio III el primero de noviembre como el Día de todos los Santos como un contrapeso a esta sui generis celebración que no pudo ser eliminada en su contexto, porque estaba muy arraigada la creencia de que los espíritus podrían salir de los cementerios y apoderarse de los cuerpos de los vivos para resucitar en el día de Todos los Santos.
De ahí surge la costumbre actual de decorar las casas con calabazas con velas y con motivos siniestros, para que "las ánimas pasen de largo".
Si bien es cierto que la fiesta original nada tiene que ver con la celebración del Halloween actual, ni con los disfraces alegóricos y los dulces que los niños solicitan, la adopción entre nosotros de esta peculiar celebración, aunque en Estados Unidos sea una fecha importante en su calendario festivo, no es la mejor opción para divertirnos o para que los niños lo hagan, además del consumismo y de los valores extraños a nuestra idiosincrasia o cultura que implica, aunque no tenga las mismas connotaciones de antaño, en que claramente se hacía una invocación a Satanás.
ESTO QUE HAS VISTO, DIFUNDELO.................
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