12 Noviembre 2008
El sacerdote murió golpeado en la cabeza con un radiador · El procesado declara en el juicio que actuó en defensa propia
Ángel Robles / Córdoba | Actualizado 12.11.2008 - 08:05Una discusión desencadenada por una relación sexual no consentida pudo ser el móvil que llevó a Vasile Tudose, un joven de 22 años, a golpear hasta la muerte con un radiador al sacerdote Tomás Pérez de Villafranca en julio de 2007. Aunque tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular intentaron difuminar las aristas del crimen, fue el letrado de la defensa, Manuel Fernández Poyatos, quien sacó a relucir los detalles más sórdidos de un crimen con tintes pasionales: "Su negativa a ser sujeto activo de una felación es el verdadero móvil", aseguró el abogado. La defensa no escatimó en detalles para poner en contexto al jurado popular.
El supuesto asesino y la víctima se habían conocido varios años atrás por un amigo del párroco. Vasile Tudose, originario de Rumanía, trabajaba como temporaro en Bujalance. Según su relato, un día, tras invitarlo a unas copas, el sacerdote le ofreció un trabajo de albañil. Fueron a su casa y allí le propuso hacerle una felación: "Dije que sí porque me dio trabajo", justificó el procesado, quien señaló que cobraba 1.500 euros al mes que incluían una "prestación sexual".
El día del crimen, Vasile Tudose pasó toda la tarde en la piscina con sus amigos y, según narró, se tomó una decena de cubatas. Sobre las ocho de la tarde, volvió a casa del religioso conduciendo un vehículo que éste le prestaba y entre los dos se desencadenó una discusión, al parecer, por conducir bebido. Durante la cena, el joven bebió más alcohol y esperó a unos amigos para irse a un club de alterne con 200 euros que le había dado la víctima.
El plan cambió y Vasile Tudose se quedó. El sacerdote lo llamó desde su habitación: "Estaba en calzoncillos y excitado y me dijo que me desnudara, pero no me quité la ropa", continuó su relato. El sacerdote, al parecer, le pidió que le hiciera una felación y él se opuso: "Me dijo que me pusiera de rodillas y me cogió del cuello, y yo le dije que como siguiera en ese plan lo iba a pagar".
El sacerdote, al parecer, cogió un radiador y amagó con golpearlo. Vasile supuestamente le arrebató el radiador de las manos y se lo tiró a la cabeza. "Temí que me diera, y yo le di a él", dijo. Éste fue el primero de los golpes que destrozaron la cabeza del religioso. Tras dejarlo inconsciente, el joven cogió uno de los vehículos de la víctima y huyó en dirección a Madrid.
En mitad del viaje escuchó por la radio el suceso y -siempre según su declaración- decidió entregarse. Ya en Madrid sacó un billete de vuelta a Córdoba. La Guardia Civil lo detuvo en la dársena mientras esperaba la salida del autocar.
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