martes, 18 de noviembre de 2008

Emilio el dadivoso

. martes, 18 de noviembre de 2008






El gobernador Emilio González Márquez está empeñado en un altruismo selectivo, en un ánimo de quedar bien con los poderes de facto: ha “donado” recursos millonarios a la televisión, a la Iglesia católica y ahora a los empresarios para promover un torneo de golf, un deporte de elite por definición, para el jetset ofendidísimo con la manifestación pública del jueves pasado.


Nuevamente el administrador panista del gobierno de Jalisco utiliza recursos públicos para un fin distinto al asignado en el presupuesto, en momentos en que cabildea con el Congreso la contratación de créditos por 6 mil millones de pesos, deuda que se cargará a los contribuyentes.


Este nuevo episodio da cuenta, además, de que González Márquez maneja una caja chica de la que puede disponer con total libertad, con el acuerdo por supuesto de la Secretaría de Finanzas, y con la anuencia de los diputados, que no han realizado una investigación a fondo de las cuentas de la hacienda pública estatal.


Por ejemplo, es hora de que el gobierno estatal no ha aclarado de qué partidas se dispuso del dinero para promover el fraude de Televisa a los universitarios, conocido como Espacio, la aportación a la telenovela Las tontas no van al cielo, ni de los 30 millones a la macrolimosna. En este último caso, la administración panista cerró el expediente cuando la Arquidiócesis de Guadalajara, a cargo de Juan Sandoval Iñiguez, debió regresar el dinero, con todo el dolor de su corazón.


Se trata de tres casos emblemáticos si se toma en cuenta en que ninguno tiene un beneficio directo a la población que paga sus impuestos, sino que en todo caso constituyen un beneficio económico para quienes reciben los jugosos “donativos” por parte del gobernador.


Contrasta, por ejemplo, con su rechazo a destinar recursos para la entrega gratuita de condones a los jóvenes del estado, con el argumento rampante de que su gobierno estaría obligado después a pagarles el hotel y un paquete de seis cervezas. En ese frenesí declaró inclusive que “el Sida se da por la promiscuidad, no se da por no usar condones”.


Sí destinó, en cambio, más de medio millón de pesos a un curso confesional sobre sexualidad impartido a maestros de secundaria por la conservadora organización Enlace Occidente, donde se afirmaron tesis tan irrisorias, por decir lo menos, como la siguiente: “la virginidad, habría que decir que se pierde cuando una mujer se acuesta con un hombre y no cuando se rompe el himen”.


La más reciente aventura emilista le ha costado al erario 13 millones de pesos –y casi 4 millones a la alcaldía de Guadalajara– para patrocinar el torneo Lorena Ochoa Invitational, cuando claramente no existe ninguna partida en el presupuesto del estado para ese destino, al igual que en los citados casos.


Es obvio que las protestas no tienen nada que ver con la actividad desempeñada por la golfista, ni con su desempeño internacional. Sus triunfos no tienen nada que ver con el gobierno del estado, sino con su esfuerzo individual y el de su familia.


Lo reprochable es el arreglo entre los organizadores del evento y Emilio, que no dudó en ordenar seguramente a la Secretaría de Finanzas expedir el cheque por el millón de dólares. Por esa razón es que Ochoa se muestra sorprendida de la manifestación a las afueras del Country Club tapatío. Porque ella está en lo suyo. Los arreglos inconfesables se dieron en otro ámbito: en Casa Jalisco.


Más aún, la crónica publicada en este diario el viernes refleja la óptica que se tiene desde la clase alta de Jalisco sobre los movimientos sociales, como el que concentra el Movimiento en Defensa del Dinero Público y el Estado Laico, que ya tuvo un primer triunfo con la presión ejercida para que Sandoval Iñiguez regresara los 30 millones.


La visión reduccionista de la inconformidad social se expresa con toda nitidez en la frase “El Peje protesta hasta cuando gana”, recogida por la reportera Georgina García Solís en el Country Club. Es decir, al mismo tiempo se magnifica a un personaje como hacedor de todas las manifestaciones nacionales y locales, pero al mismo tiempo se pretende diluir la legitimidad del reclamo: si quien lo encabeza es Andrés Manuel López Obrador, entonces no tiene sustento. Si un ciudadano protesta, es perredista o lopezobradorista: se abarata la inconformidad del otro.


Lo preocupante sería, en todo caso, que la sociedad aplaudiera la decisión de un gobernante que despoja a la ciudadanía de recursos necesarios para obras de beneficio social para destinarlos a su imagen.



ESTO QUE HAS VISTO, DIFUNDELO..............

1 comentarios :

Anónimo dijo...

No comentarios porque a naaaaaadie le intereza la publisidad que quieran darle a Lopez Obrador que solo lo pueden lograr, poniendo a bajo a otro politico.

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