CÓRDOBA. Los familiares de Vasile T., acusado de matar a golpes con un radiador al párroco de Villafranca en julio de 2007, aseguraron ayer ante el tribunal popular que le juzga que el joven recibía casi a diario llamadas de Tomás Pérez que insistía una y otra vez para que el acusado le acompañara a su casa y le decía que le quería.
De hecho, según la madre del acusado, «no le gustaba la relación que tenía con el cura» y así se lo hacían saber a su hijo. Tal era el extremo, que cuando su familia iba con el acusado a una campaña agrícola fuera de la comarca el párroco continuaba llamándole e insistiéndole para que se fuera con él. De hecho,Tomás Pérez fue a buscar en coche a Vasile T. a Cuenca cuando estaba en la campaña del ajo como también lo hizo, acompañado del cura de Montoro, a la recolección de la uva en Villafranca de Badajoz, según dijo su madre.
Por su parte, el padre reconoció a preguntas del abogado de la defensa, ejercida por el letrado Manuel Fernández Poyatos, que «sospechaba del sueldo tan elevado que el párroco le daba a su hijo», una cantidad de unos 350 euros semanales muy superior a los que ganaba cualquier otro miembro de esta familia rumana en el campo.
La relación que mantenía con el cura no le parecía bien a su padre, quien le pidió que se quedara a vivir en Bujalance y no se fuera a Villafranca a casa de Tomás Pérez.
Una cultura distinta
De hecho, el progenitor dijo que conocía que «el párroco era homosexual» y no estaba dispuesto a que su hijo se relacionase con él porque, además, esta orientación sexual no estaba bien vista en su cultura.
Asimismo, en relación a la detención de su hijo, el padre de Vasile T. dijo que se sintió «estafado» por la Guardia Civil porque había pactado su entrega y le iba informando de dónde estaba su hijo y que se entregaría en Córdoba, para donde ya había comprado su billete en la estación de autobueses de Madrid.
Sin embargo, en lugar de esperar a que llegara, dos agentes de paisano le detuvieron en la dársena número 14 de la estación madrileña.
Por otro lado, el monaguillo de la Iglesia de Santa María de las Aguas Santas dijo que vio a Vasile T. la tarde antes de la muerte del cura conduciendo un coche de éste «muy rápido», notandolo un poco «bebido». Su preocupación fue tal que el monaguillo llamó a Tomás Pérez, con quien le unía una gran amistad, para comprobar que éste le había prestado el vehículo.
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