lunes, 16 de febrero de 2009

Obispo austriaco que llamó satánico a Harry Potter renunció a su cargo

. lunes, 16 de febrero de 2009

Lunes 16 febrero 2009
El obispo auxiliar de la ciudad de Linz, Gerhard Maria Wagner, se vio obligado a pedir a la Santa Sede que cancele su nombramiento luego de la enorme polémica desatada en Austria por sus opiniones.


La petición de renuncia de Wagner se hizo oficial mediante un breve comunicado, según informó hoy la radio y televisión pública 'ORF'.

"Ante las intensas críticas y después de consultarlo con el obispo diocesano, he llegado a la conclusión de pedir al Santo Padre en Roma la retirada de mi nombramiento como obispo auxiliar de Linz", señala la breve nota del polémico clérigo.

Wagner levantó una profunda polémica en la Iglesia y la sociedad austriacas por sus declaraciones. En una ocasión, el prelado afirmó que el personaje de la literatura infantil Harry Potter era "satánico". Más recientemente, el obispo dijo que la homosexualidad es una enfermedad que puede ser curada.

Wagner, de 54 años, ya estuvo en el centro de la polémica en el 2005, después de la devastación de la ciudad estadounidense de Nueva Orleans por el huracán Katrina. En esa ocasión, el sacerdote escribió en su hoja parroquial, en la localidad de Windischgarsten, que toda la destrucción causada por la tragedia natural se debía más a la "contaminación espiritual" que a la ambiental.

"No es una casualidad que en Nueva Orleans hayan sido destruidas las cinco clínicas abortistas que existían y todos los clubes nocturnos", indicó el entonces párroco.

Con ese historial de posturas ultraconservadoras, el anuncio de su nombramiento como obispo auxiliar de la tercera mayor ciudad de Austria provocó una lluvia de críticas desde instancias políticas y religiosas de ese país.

Pese al explícito apoyo del cardenal de Viena, Christoph Schönborn, muy cercano al papa Benedicto XVI, los fieles de base e incluso parte de la jerarquía eclesiástica austríaca criticaron duramente su nombramiento.

Esas críticas amenazaban, en el caso de los creyentes de a pie, con transformarse en una oleada de bajas de los registros de la Iglesia austriaca, cuya credibilidad ha quedado muy afectada en los últimos años debidos a varios escándalos sexuales y de pedofilia.

Sólo en 2008, unas 40.600 personas se dieron de baja del registro de fieles existentes en ese país, tradicionalmente católico. Un 66 por ciento de la población -unos 5,6 millones- se define oficialmente como católica.

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