Jueves 9 de Diciembre del 2010. México.
La semana previa a la elección de la presidencia del PAN, los grupos más conservadores enviaron señales al presidente Felipe Calderón: cualquiera menos Gil.
La semana anterior, las posibilidades de Roberto Gil de ganar la dirigencia de su partido habían aumentado notablemente.
Ante eso, los conservadores amenazaron, primero, con hacer un vacío en el consejo panista y luego, doblando la apuesta: de ganar, no lo reconocerían como presidente del PAN.
Esta circunstancia fue aprovechada por Gustavo Madero. Se reunió, primero, con el presidente Calderón y luego con Francisco Blake. La ruptura preocupó en Los Pinos, donde se construyeron dos escenarios: bajar a Gil o ganarle en el Consejo.
El sábado hubo dos desayunos clave: Madero con el gobernador morelense, Marco Adame, líder de los conservadores, y Blake con los funcionarios federales del Consejo Nacional.
En el primero se cerró el acuerdo: el Yunque aportaría el número de votos necesarios para que Madero saliera arriba de Gil en la primera ronda, y en la segunda le sumarían los votos de los de abajo: Cecilia Romero, Ramírez Acuña y Judith Díaz. A cambio, Madero les compartiría el CEN y cogobernaría con el Yunque, a través de Cecilia Romero como secretaria general.
En el segundo, Blake dijo a los funcionarios federales que no había línea presidencial, el voto era libre. Una interpretación de este mensaje indica que el sólo hecho de reunir a los funcionarios del equipo calderonista para reiterarles lo que les habían repetido una y otra vez, era un aviso: los votos calderonistas no serían para Gil en caso de que en una segunda ronda se enfrentara a la coalición Madero-Yunque.
Ya en el consejo, el primero en hablar fue Gil. Propuso que el PAN hiciera la narrativa de lo que ha sido como gobierno apuntando al futuro. Planteó que la educación se convirtiera en la nueva bandera del partido.
De los otros cuatro discursos, asistentes señalan que el de Madero fue el más flojo.
Para esa hora, cinco de la tarde del sábado, imperaba la confusión y las señales cruzadas. Mensajes de blackberry iban y venían, hasta que llegó uno definitivo: ¡No se equivoquen, es Madero!
Y fue Madero.
FUENTE:
http://impreso.milenio.com/node/8877812
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