Señor Director: Todo mundo quiere llevar agua a su molino y de un mismo evento quiere sacar el mayor provecho. Sí, hablo de los festejos de la Independencia nacional.
Que López Obrador quiere hacer proselitismo en el Zócalo capitalino; que Marcelo Ebrard también; que Felipe Calderón quiere usar este momento para demostrar que tiene la fuerza pública del Estado para imponer su condición como máximo gobernante del país...
Pero lo que me sorprende es que una entidad “no política” propugne por adjudicarse la mayor tajada del pastel en cuanto a los créditos del movimiento de Independencia de hace casi 200 años.
Es natural que dicha entidad quiera difundir sus intereses, pero mi curiosidad aumenta al encontrar un anuncio visual que quiere llamar a “México, hijo de curas”.
No obstante que el anuncio llama la atención, me encuentro con que los argumentos esgrimidos carecen de valor alguno, como suponer que casi la mitad de nuestra historia habla de “gestas heroicas” llevadas a cabo por frailes que procuraban mantener a los aborígenes de las tierras americanas en completa sumisión y castigándolos por su renuencia a cambiar de creencias religiosas, o bien, infundidas las nuevas con correctivos deleznables; creo que conocemos del Santo Oficio...
No es necesario que el Poder Legislativo degrade a los curas que irrumpieron en el levantamiento armado para buscar equidad y la búsqueda de un buen gobierno, pues la misma Iglesia católica se encargó de condenar a don Miguel Hidalgo y Costilla desde la planta de sus pies hasta la coronilla de su cabeza. Ah, y ahora esa condenación supuestamente no existió porque hubo un oportuno arrepentimiento, dejó de ser cura, pero todo mundo lo ve como un héroe: entonces sigue siendo cura.
Morelos se vistió de gloria al defender ideales mucho muy altos y por ese triunfo que su muerte no anuló, entonces sigue siendo cura y que los cuatro vientos se enteren. Si la historia le hubiera dado la espalda a don José María Morelos y Pavón, entonces sería un despreciable desertor de las filas clericales.
Don Miguel Hidalgo usó un estandarte que la mayoría del pueblo analfabeto pudiera comprender, porque era la imagen con que estaban familiarizados, dada la circunstancia de mantenerlos en un estado de ignorancia. Pero eso sí, distinguirían ese estandarte hasta los niños y eso no es de presumirse.
Si don José María Morelos y Pavón no hubiera sido formado en seminarios y empapado con los asuntos del clero, tengan por seguro que no habría defendido que la Constitución de Apatzingán propugnara por la religión católica como de Estado, pues a la fecha vemos que mantener esa misma línea hubiera sido discriminatoria, excluyente y contraria a los pensamientos de libertad y de justicia. ¿Qué tiene ese hecho de loable? En casi todas las empresas existen errores que se corrigen, no son perfectas.
Encuentro además un asomo de cinismo burlesco y sardónico al reírse de que el Estado destine recursos cuantiosos a la conservación de monumentos y edificios que procuran ser conservados por su valor arquitectónico e histórico, que no por el hecho de ser templos católicos, pero hasta eso lo confunden. Suponen como ofensivo catalogar como una “megalimosna” a las partidas destinadas por gobiernos encabezados por católicos, pero ¿qué tiene de histórico o arquitectónico el Santuario de los Cristeros? Lo que sí es un hecho es que significa un negocio redondo, eso sí.
Ah, pero ¿por qué digo que de este evento se quiere sacar provecho? Su vista no contempla la totalidad del espectro, o eres católico y defiendes los intereses católicos antes que los comunes, o deberías abjurar públicamente de tu fe. Los hechos deberían hablar por sí solos, pero armar un discurso para confundir a los ignorantes es más fácil. A mí no.
Refugio Montejano
ESTO QUE HAS VISTO, DIFUNDELO........................
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