CORAL BRAVO
Por enmascarar la intención de permanencia del poder religioso
Por enmascarar la intención de permanencia del poder religioso
"La laicidad positiva es un taparrabos que justifica y legitima los caprichos de Sarkozy"
Estos días se viene celebrando en Madrid, en el Instituto de México en España, un ciclo de conferencias sobre laicismo con el nombre genérico de "Ciencia, Religión y Laicismo". Con estas jornadas se pretende debatir, desde diversas perspectivas y puntos de vista, la importancia de la laicidad en el conjunto de las sociedades democráticas, así como dilucidar los límites entre religiosidad, ciencia y democracia en el mundo actual.
La convocatoria ha sido organizada por la Embajada de México en España con la colaboración de la Universidad Nacional Autónoma de México, la Fundación Ibero UNAM, el Ministerio de Cultura del Gobierno de España y el Instituto de Filosofía; la cooperación de distintas instituciones y diversos organismos gubernamentales, así como la atmósfera de mesura ideológica y prestancia intelectual, hacen de estas jornadas un ejemplo en el entendimiento, la dialéctica racional y el respeto a la tolerancia democrática en un tema tan importante y controvertido como la separación Iglesias-Estado en las sociedades actuales.
Laicismo y democracia
En primera instancia, el objetivo de estas jornadas es el de tratar el laicismo como un tema clave en la evolución y en el asentamiento de las democracias; y ello a través del debate abierto y plural de cuestiones de primer orden, como la controvertida asignatura "Educación para la Ciudadanía", la conveniencia de seguir manteniendo los Convenios del Estado español con el Vaticano, o la intromisión de la jerarquía eclesiástica en la gestión política de los gobiernos.
Flores d'Arcais
La ponencia del filósofo italiano Paolo Flores d'Arcais -"Ética sin fe"- se convirtió, el martes día 14, en una brillante argumentación de la independencia de la ética y la religión. Si las religiones se han ofertado secularmente como las poseedoras en exclusiva de los valores éticos y morales, Flores d,Arcais ha desmontado radicalmente esta tesis, mostrando que existe una ética basada en la racionalidad, una ética profunda y universal patrimonio del corazón humano, y que no está supeditada a ninguna creencia irracional o religiosa.
Tiana sobre Educación para la Ciudadanía
Especial relevancia ha tenido la ponencia de Alejandro Tiana, ex -secretario General de Educación y uno de los "padres" de la actual Ley de Educación – LOE – y de la polémica asignatura "Educación para la Ciudadanía". Tiana ha resumido la trayectoria de gestación de la asignatura; ha insistido en el especial interés que el Ministerio tuvo en debatir con las distintas fuerzas políticas y sociales y de llegar a acuerdos consensuados, especialmente con la Iglesia Católica que, desde un primer momento convirtió esta materia en un campo de batalla político, a pesar "del respeto a la confesión católica con que se elaboró la asignatura"
En sus propias palabras, "el objeto de esta nueva materia es atender a la creciente complejidad y pluralidad de la sociedad española, dotar a los alumnos de un capital ético y democrático basado en el respeto a los derechos humanos y los valores democráticos, así como seguir las recomendaciones en materia educativa de distintos organismos internacionales, como el Consejo de Europa y la UNESCO".
El PP se sumó
Ha hecho hincapié Tiana en que fue el propio PP quien se sumó a estas recomendaciones firmando un acuerdo de la Europa Comunitaria en 2002. Igualmente, ha insistido en que la materia "no es una novedad, ya que materias similares se han impartido en distintos planes de estudio, y ahora es materia obligatoria en la mayoría de países de Europa, la novedad es la increíble reacción que ha suscitado en la Iglesia, quien ha entablado una auténtica guerra ideológica". También ha hecho alusión a "la dureza, la tensión y la complejidad" de las conversaciones que se mantuvieron con la jerarquía católica, con quien, ha dicho, "era imposible llegar a acuerdos".
Inaceptable intromisión
En definitiva, en todas las conferencias, los ponentes, desde sus distintos ámbitos e ideologías, están coincidiendo en señalar la importancia de poner firmes límites a la inaceptable y belicosa intromisión de las religiones en la política y en la vida pública. Todos convergen en un punto básico común: el respeto absoluto e inapelable a la libertad de conciencia, lo que conlleva el respeto a todas las creencias y confesiones religiosas, pero dentro del ámbito de la privacidad personal, nunca en el espacio de lo público. Porque lo público es de todos, y no de unos pocos. Y vivir en democracia es huir del autoritarismo al que inevitablemente aboca el pensamiento irracional y las "verdades reveladas" que imponen las religiones, y es aceptar que no todos somos iguales, que no todos pensamos igual y que no todos creemos lo mismo, afortunadamente.
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