Lunes 14 de marzo del 2011
Sus fronteras están abiertas a las drogas y no frena el armamento ilegal: Arquidiócesis
El cardenal Norberto Rivera Carrera criticó que en la actualidad se presente a los grandes defraudadores y plagiarios como hombres de éxito, al grado de que “hasta se antoja pedirles un autógrafo”.
En el editorial del semanario Desde la Fe, titulado “Rápido y furioso: presunto culpable”, se criticó al embajador estadunidense Carlos Pascual por señalar que México no puede controlar la violencia en la frontera y que está por fracasar la política mexicana contra el crimen organizado.
Desafortunadamente, se indica en el semanario, esas armas son responsables de más de 30 mil muertes de mexicanos en cuatro años, miles de ellos delincuentes, aunque otros eran ciudadanos sin ninguna responsabilidad e incluso menores inocentes.
“Sólo se preocupan cuando algún funcionario estadunidense es afectado por las armas que ellos mismos venden, sin que les represente nada la vida de tantos miles de hombres y mujeres víctimas de su irresponsable actitud, ante este comercio infame.”
La Arquidiócesis resaltó la necesidad de que los dos gobiernos encuentren mejores formas de relación y soluciones conjuntas mucho más eficaces a los problemas comunes. “Las decisiones unilaterales a nada conducen”, indicó.
Reclamos del cardenal
Por separado, el cardenal Norberto Rivera Carrera advirtió que a la sociedad se le presenta a los grandes defraudadores y secuestradores como hombres triunfadores que “hasta se antoja pedirles un autógrafo”, y luego hay quejas del comportamiento violento de los niños y jóvenes.
“Si sembramos vientos, cosecharemos tempestades”, dijo el purpurado, y sostuvo que no se puede proponer una cultura de derechos humanos negándole a Dios los suyos.
En su homilía dominical en la Catedral Metropolitana, destacó que “es muy difícil encontrar un héroe de la pantalla que no salpique de sangre a todos los espectadores.
“Parece casi imposible mantener la trama de una telenovela si no se alimenta de engaños, traiciones y adulterios; pareciera que no se puede ser triunfador o moderno si no es adicto a alguna marranilla de moda o si no tiene alguna desviación que lo haga parecer muy liberado.
“Los grandes defraudadores y secuestradores son presentados de tal forma que se antoja pedirles un autógrafo. Y llegamos al colmo de escandalizarnos si los niños portan armas de fuego y comienza a asesinar en las escuelas; nos rasgamos las vestiduras cuando vemos que los jóvenes buscan por todos los medios las fiestas donde se facilitan drogas”, agregó el cardenal.
México • Eugenia Jiménez
Fuente:
http://www.milenio.com/node/669547
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