Miércoles 20 de mayo del 2009
Lo dejan gravemente herido; autoridades niegan secuestro
Versiones de la Procuraduría General de Justicia revelaron a Cambio que se encuentra recuperándose en el tercer piso del hospital del Sagrado Corazón de dicho municipio
El vicario general de Tehuacán, Benito Leobardo Arroyo Romero, fue liberado, aunque su estado de salud es grave. Las autoridades estatales rechazaron que se haya tratado de un secuestro, ya que reconocieron que aún no han determinado la línea de investigación.
Autoridades civiles y eclesiásticas de este municipio no quisieron dar una versión oficial respecto a la forma en que sucedieron los hechos y dijeron desconocer si es que se pagó un rescate para liberar al párroco.
En las primeras horas de ayer, los habitantes de Tehuacán aún desconocían el paradero del sacerdote, en las esquinas comentaban las posibles motivaciones de los delincuentes para haberlo secuestrado, mientras que por las calles un diario local anunciaba en su portada que los plagiarios exigían un “rescate millonario”.
José Santos, vocero de la Diócesis de Tehuacán, confirmó la aparición del sacerdote y que su estado de salud era grave, aunque se encontraba recuperándose en su domicilio.
Sin embargo, versiones de la Procuraduría General de Justicia revelaron a Cambio que se encuentra recuperándose en el tercer piso del hospital del Sagrado Corazón en el que también le atienden una herida en la pierna.
Arroyo Romero es el vicario general de Tehuacán y se encarga de la política interna de la diócesis. Entre sus funciones tiene la encomienda de vigilar las finanzas y conoce todos los ingresos y egresos en las arcas.
El sacerdote desapareció el domingo a las seis y media de la mañana minutos antes de oficiar una misa en la parroquia del Carmen, ubicada en la avenida Reforma y la 2 Norte de ese municipio.
El clérigo entró al estacionamiento —que a la hora en la que ocurrieron los hechos esta cerrado y sólo a él le permitían la entrada—, sus captores lo esperaban a 15 de metros de la salida del inmueble, de un vehículo bajaron dos sujetos que lo obligaron a subir a un vehículo y se marcharon con rumbo desconocido.
De acuerdo a versiones extraoficiales, hora y media más tarde las autoridades tuvieron conocimiento de que el sacerdote había sido plagiado, se presentaron en las oficinas del obispo cuando recibieron una llamada por parte de los captores, quienes dieron tres instrucciones: que la sociedad civil no se enterara, que no le hablaran a la Policía y que las negociaciones se harían con el obispo Rodrigo Aguilar.
La historia
Benito Leobardo Arroyo Romero, cuando fue nombrado sacerdote en 1997 por el entonces obispo de Tehuacán, Norberto Rivera, se quedó a cargo de la parroquia de San Pablo Zoquiatlán, lugar en donde estuvo escondido el cura pederasta Nicolás Aguilar, a quien le brindó apoyo.
Después de 10 años de haber estado en Zoquiatlán fue cambiado a la parroquia de Nuestra Señora del Carmen tras verse involucrado en un conflicto con los pobladores del lugar, luego de que mandó a pulir la campana de la iglesia; sin embargo los vecinos lo acusaron de robársela, lo que derivó en su salida.
Posteriormente fue trasladado al municipio de Ajalpan, en donde tuvo un problema similar, Arroyo Romero mandó a reparar unos lienzos y durante el proceso salió dañado, lo que le causó que fuera cambiado de parroquia.
En 2005 fue nombrado vicario general por Norberto Rivera con quien tenía una relación de amistad muy cercana.
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