domingo 15 de junio del 2008
Pachuca, Hgo., 14 de junio. El obispo de Huejutla, Salvador Martínez Pérez, sabía sobre la actitud del párroco de la comunidad de Cuatlimax, municipio de Tlanchinol, acusado de abusar de varias menores y haber embarazado a una joven de 18 años, pues pidió a los familiares "un mes para cambiar al cura, a cambio de que no se dijera nada", denunció uno de los familiares de la agraviada.
Éste, que pidió el anonimato, para evitar represalias, tanto para él como para sus familiares, mostró un video de 28 minutos, que contiene una amplia entrevista con la chica, una semana antes de que el caso se denunciara en los medios de la región huasteca.
En la plática, la joven confió que el sacerdote, Reinaldo Chávez López, pedía a los padres de las pequeñas que sus hijas formaran parte del coro y del grupo de danza de la parroquia de esa localidad, de 830 habitantes, enclavada en la región huasteca.
De acuerdo con la denuncia de la joven indígena, el párroco llegó a la localidad hace unos seis años y además de tener relaciones con mujeres adultas, posteriormente lo hizo con pequeñas de 10 años en adelante, a quienes engañaba y les daba dulces o dinero –entre cinco y 10 pesos– para que no dijeran nada.
Hace cinco años otra joven resultó embarazada, pero el cura la obligó a abortar. En ese mismo tiempo, el religioso mantenía relaciones con una mujer casada y su esposo fue a balacear el curato.
Ahora, con la denuncia hecha ante el Centro de Atención a Víctimas de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo, con número 5/HUE/CAVI/103 /2008, y la queja ante el obispo, se descubrió que el representante de la Iglesia católica abusaba de las menores de la comunidad.
Según el testimonio de la joven, el sacerdote ha abusado de entre 10 y 15 menores de edad, aunque sólo ella se ha atrevido a denunciarlo. En uno de los casos convenció a los padres para que no lo denunciaran y a cambio les compró un molino de nixtamal.
Recolectó firmas
Luego de la denuncia penal en su contra, el cura movilizó a la gente, recolectó firmas que aseguraron que se trataba de un infundio, pero los familiares de la joven embarazada se entrevistaron con el obispo, Salvador Martínez, quien pidió guardar silencio y ofreció que en un mes, sería removido el cura.
Un familiar de la joven dijo que temen represalias y afirmaron: "lo único que queremos es que se haga justicia y que el padre Reinaldo no siga abusando de las niñas, aprovechándose de su ignorancia".
http://www.jornada.unam.mx/2008/06/15/index.php?section=politica&article=014n1pol
0 comentarios :
Publicar un comentario