domingo, 8 de junio de 2008

SON MILES............ (Continuacion del Yunque)

. domingo, 8 de junio de 2008



Luis Eduardo del Sagrado Corazón de Jesús Paredes
Moctezuma, que es su nombre completo, no fue un
militante cualquiera: Fue iniciado en El Yunque en
1968 y fue presidente del FUA de Puebla, uno de los
organismos mediante los que esa organización operó
públicamente –como también el Movimiento Universitario
de Renovadora Orientación (MURO)–, donde cobró fama de
usar la violencia.

“Nosotros respondimos siempre en igualdad de
condiciones a las agresiones que sufrimos. No fuimos
los primeros que sacamos armas, pero nos vimos
precisados a usarlas”, se defiende. “No nos metíamos a
las escuelas a golpear gente, pero cuando nos iban a
golpear les rompíamos la madre. Y resultamos bastante
cabroncitos para romper madres”.

Presidente del Colegio de Arquitectos y de la Cámara
Nacional de Comercio (Canaco) de Puebla, estado donde
nació la organización clandestina hace medio siglo y
cuya capital gobernó el exmilitante entre 2002 y 2005
bajo las siglas del PAN, Paredes revela su seudónimo
en El Yunque: Enrique Cid.

Paredes es también uno de los fundadores de Desarrollo
Humano Integral y Acción Ciudadana (DHIAC), otro de
los organismos de El Yunque, mediante el cual se operó
la penetración al PAN, “de manera definitiva desde
principios de los ochenta” y ha tenido ya dos
presidentes: Luis Felipe Bravo Mena, actual embajador
ante El Vaticano, y Manuel Espino.

Es, además, viejo compañero de mujeres militantes de
El Yunque mediante la Asociación Nacional Cívica
Femenina (Ancifem), como Ana Teresa Aranda, Cecilia y
Gabriela Romero –casadas a su vez con los también
yunquistas Emilio Baños Urquijo y Federico Müggemburg,
respectivamente–, así como la senadora Cecilia Ortuño
y la diputada Patricia Garduño.

Muchos de sus cofrades han ascendido a posiciones
prominentes en el país, como Fernando Guzmán Pérez
Peláez, quien, dice Paredes, “fue decisivo en el
crecimiento de la organización en el occidente y es de
las personas que veo más cercanas a los mandos de la
Organización”.

Tres miembros de El Yunque ganaron elecciones de
gobernador: Emilio González Márquez, en Jalisco; Marco
Antonio Ada-me, en Morelos, y en Guanajuato Juan
Manuel Oliva, quien sustituyó a otro militante, Juan
Carlos Romero Hicks.

Tal como lo hizo en junio del año pasado, cuando en
entrevista con este reportero anunció su “destierro”
de México (Proceso 1495), Paredes afirma ahora que ha
decidido enfrentar a la Organización Nacional de El
Yunque, encabezada por Bernardo Ardavín Migoni, jefe
general, y Guillermo Velasco Arzac, jefe operativo,
así como a otros jerarcas como Gonzalo Robles Valdés,
Federico Müggemburg y José de Jesús Castellanos.

La razón: “El Yunque sufrió una mutación y reproduce
los mismos métodos del régimen que antes combatió. Se
somete a los militantes a la absoluta obediencia de
las jefaturas con la amenaza de la pérdida de empleo
en la macroagencia de colocaciones en la que se
convirtió al llegar al poder”.

Y esto, que lo practicaron en el gobierno de Vicente
Fox –en cuyo triunfo “fue clave” El Yunque–, lo
pretenden seguir haciendo con Calderón, cuyo
planteamiento de un gobierno de unidad nacional
quieren sabotear para seguir manteniendo sus
posiciones:

“El presidente electo sufre las presiones de la
derecha menos inteligente, El Yunque, que le exige
gestos y acciones que lo distanciarán de las
izquierdas moderadas y lo llevarían a depender cada
vez más de su apoyo para poder gobernar.”

–¿El Yunque es un estorbo para Calderón?

–Desde luego. La Organización tiene un gran número de
legisladores. Para lograr las grandes reformas, el
presidente va a necesitar del mayor número de votos
posible en ambas cámaras y él sabe que El Yunque
maneja un buen número de estos votos.

“Lo están amagando, le están dejando ver que si no les
mantiene las posiciones que tiene, no contará con los
votos que ellos controlan en las cámaras. Esta es una
amenaza. Calderón tendrá que medir el riesgo de ello y
espero que lo haga bien. Sería un gravísimo error que
sólo escuchara las voces de quienes le amenazan con no
apoyarlo, porque quienes ahorita lo amenazan con no
apoyarlo lo pueden hacer su rehén.”

Pero con Calderón también hay personajes de El
Yunque, como César Nava, Jorge Manzanera, Francisco
Fraile, Alonso Díaz Caneja.

–Como diría un viejo dirigente de la Unión Soviética:
“Aquí no hay clases sociales, pero sí hay categorías”.
Así como César Nava, que está desvinculado desde hace
mucho tiempo, hay decenas de miles de mexicanos que en
algún momento hemos militado en El Yunque conforme a
las reglas establecidas, pero la inmensa mayoría que
estamos fuera y algunos que todavía obedecen
parcialmente y siguen ahí podrían dejar de estar muy
fácilmente.

Según Paredes, a El Yunque le tomó por sorpresa el
triunfo de Calderón desde la elección interna. “Jamás
pensaron que podía ganar, y cuando ocurre todos los
planes que tenían para copar a Santiago Creel y
echarlo fuera de la candidatura y reemplazarlo con
Alberto Cárdenas, dejan de ser operativos”.

–Pero sí hubo trabajo de El Yunque a favor de
Calderón.

–Cuando ya no tuvieron de otra. A El Yunque le
convenía más luchar contra el Islam que contra Lutero.
Es decir, el enemigo de dentro es más peligroso que el
de fuera. Aunque el grueso de la militancia se da a la
tarea de apoyar institucionalmente al candidato, esto
no impide que otros miembros, muy bien colocados,
jugaran las contras en tareas de “quinta columna”.

–¿Qué hubiera pasado si gana Andrés Manuel López
Obrador?

–Revitaliza a la Organización, porque entonces hay que
luchar contra el comunismo, el socialismo y la
izquierda, y esto reaviva una llama bastante extinta
de la derecha más activa.

Paredes no tiene duda: “El Yunque es una macroagencia
de colocaciones en la que cada quien está viendo para
su santo y obedecen, porque saben que si no lo hacen
no tienen una chamba dentro de tres años. El sistema
político mexicano está diseñado para eso, para que
ningún político tenga poder propio y que todos
dependan del poder detrás del trono que los va a tener
siempre sujetos, ya sea de los genitales o del aparato
digestivo: dolor o hambre”.

Por eso recomienda a Calderón romper los mecanismos de
control de la Organización: “Si evita darles
posiciones, El Yunque dejará de tener la posibilidad
de apretar genitales o estirar las tripas, y perderá
el control de la inmensa mayoría de sus militantes, y
el presidente electo podrá contar con el apoyo de la
inmensa mayoría de los militantes de El Yunque”.

–¿Qué reacción se puede esperar de los mandos?

–Tratarán de vetar las iniciativas del presidente, y
él podrá en ese momento identificar, con toda
claridad, quiénes son aquellos con los que no cuenta.
No sólo él, también los demás actores políticos. Esto
permitirá aislar a los que realmente representan un
peligro.

–¿Y son muchos los militantes de El Yunque?

–Hay miles. Muchos se han ido apartando, pero otros se
han acomodado al poder y surgen las rivalidades. En el
momento en que todo era idealismo, había pocas cosas
que reclamar y los acuerdos se daban con cierta
facilidad. Hoy hablamos de poder y muchos miembros de
la Organización ya probaron las delicias del poder y
saben que si quieren seguir gozando deben obedecer. Si
no obedecen, saben que sus carreras se verán truncas.v
Antes no había botín enfrente.

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