Tribunal niega excarcelación a sacerdote preso por muerte obispo guatemalteco

Sábado 2 de marzo del 2012. Guatemala

Guatemala, 2 mar (EFE).- El Tribunal Primero de Ejecución Penal negó hoy la excarcelación del sacerdote Mario Orantes, quien cumple una condena de 20 años por el asesinato del obispo auxiliar de Guatemala, Juan Gerardi, perpetrado el 26 de abril de 1998.

Orantes pidió su libertad anticipada al tribunal, bajo el argumento de buena conducta y por haber cumplido ya la mitad de su sentencia.

Sin embargo, el titular del juzgado, Javier Soto, dijo hoy tras una audiencia que no se le dio "valor probatorio" a un informe que presentó la defensa de Orantes sobre buena conducta y trabajo en la prisión.

El informe, según el juez, debe ser acreditado por la Dirección del Sistema Penitenciario y no por la Policía Nacional (PNC) y dijo que el religioso tiene la oportunidad de presentar en las próximas semanas este informe.

Esta es la tercera vez que el tribunal niega la excarcelación del sacerdote, que en 2011 también intento, sin éxito, salir de la prisión por buena conducta.

Orantes fue sentenciado en 2001 a 20 años de prisión al haber sido hallado culpable de complicidad en el asesinato del obispo auxiliar de Guatemala.

Por ese crimen también cumplen 20 años de prisión, como coautores, el coronel retirado del ejército Byron Disrael Lima Estrada y su hijo el capitán Byron Lima Oliva.

Otro militar implicado en el asesinato, José Obdulio Villanueva, un guardaespaldas presidencial, fue degollado durante un violento motín en febrero de 2003 en la Cárcel de Pavón, en el sureste de la capital, junto a otros cinco reclusos.

Gerardi fue asesinado a golpes en la cochera de la parroquia de San Sebastián, ubicada a pocos metros de la casa presidencial, el 26 de abril de 1998.

El brutal crimen se produjo unas 54 horas después de que el religioso hizo público su informe de la Recuperación de la Memoria Histórica (Remhi), Guatemala Nunca Más, en el que documentó más de 55.000 violaciones a los derechos humanos durante el conflicto armado (1960-1996) y la mayoría se las atribuyó al ejército.

Las autoridades todavía no han dado con el paradero de los autores intelectuales del mayor crimen de la posguerra en Guatemala y la Iglesia Católica ha exigido a la Fiscalía dar con los responsables para que se sepa la verdad sobre el motivo de su asesinato. EFE

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