Martes 13 de marzo del 2012. México.
Mañana podrían aprobar en comisiones del Senado los dictámenes con las reformas a los artículos 24 y 40 de la Constitución, relacionados con libertad religiosa y carácter laico del Estado, respectivamente.
La reforma al artículo 24 ha generado una gran polémica debido a que hay legisladores y representantes de organizaciones sociales que consideran que es violatoria del carácter laico del Estado, que refrenda la reforma al 40.
Y aunque en realidad no hay ninguna contradicción entre una y otra reforma, la forma en que ambos dictámenes serán presentados ante el pleno del Senado reavivará la polémica.
Las comisiones de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos del Senado elaboraron los dos dictámenes de manera apresurada, de tal manera que en mes y medio estuvieron listos los dos.
Estaríamos hablando de una gran eficiencia legislativa, sino fuera porque, al tratarse de un tema tan trascendental, era obligado a realizar un análisis más profundo y detallado y buscar el consenso en el mismo Senado, lo cual no se hizo.
La mayoría de los senadores se enterarán hasta el jueves del contenido de los dos dictámenes, cuando sean publicados en la Gaceta Parlamentaria para su primera lectura.
La redacción apresurada de los dos dictámenes es atribuible al senador del PRI, Melquiades Morales, —presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales— y al senador del PAN, Alejandro Zapata, presidente de la Comisión de Estudios Legislativos.
Fue tal el apresuramiento para presentar los dictámenes, que prescindieron de la opinión de otros legisladores, entre ellos el senador del PRD, Rubén Velázquez, secretario de la Comisión de Puntos Constitucionales.
Los dictámenes no serán discutidos por el pleno el jueves, pues la normatividad establece que, al ser reformas constitucionales, se les debe dar una segunda lectura, lo que podría hacerse el martes de la próxima semana.
Pero el sólo hecho de que se aprueben los dictámenes sin el debido consenso y que se sometan al pleno un día antes de la llegada a México del Papa Benedicto XVI, provocará reacciones de protesta e indignación.
La reforma al artículo 24 de la Constitución, que el pasado 15 de diciembre fue aprobada en medio de un intenso debate por los diputados del PAN y del PRI y algunos del PRD, no atenta contra del Estado laico.
Lo que hace esta reforma es reconocer los derechos de cualquier persona a “la libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión y a tener o adoptar en su caso, la de su agrado”.
La reforma ajusta la realidad a la ley al permitir que los actos religiosos —de cualquier credo— puedan llevarse a cabo en público o en privado.
Esta reforma no es mala, lo malo es la forma en que se pretende aprobar, con un dictamen sin consenso y a un día antes de la llegada a nuestro país del líder mundial de la Iglesia Católica.
Al Papa le interesan de manera especial las reformas al 24 y al 40.
El pasado 29 de febrero, el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Carlos Aguiar Retes, dijo al diario Excélsior: “En su visita a México, al Papa Benedicto XVI le complacería ver un país con una auténtica libertad religiosa y un Estado verdaderamente laico”.
Todavía más claro: “Las reformas a los artículos 24 y 40 de la Constitución, las cuales se discuten actualmente en la Cámara de Senadores, merecen la atención del jerarca de la Iglesia católica, así como de todos los obispos del país”.
Qué mejor manera de recibir al Papa Benedicto XVI, que con esas reformas aprobadas, sobre todo la que se refiere a la libertad religiosa, una exigencia histórica de la Iglesia católica.
Claro, siempre y cuando el intento de madruguete se concrete y las reformas al 24 y al 40 se aprueben el próximo martes.
La sutura tuvo éxito.
La reforma al artículo 24 ha generado una gran polémica debido a que hay legisladores y representantes de organizaciones sociales que consideran que es violatoria del carácter laico del Estado, que refrenda la reforma al 40.
Y aunque en realidad no hay ninguna contradicción entre una y otra reforma, la forma en que ambos dictámenes serán presentados ante el pleno del Senado reavivará la polémica.
Las comisiones de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos del Senado elaboraron los dos dictámenes de manera apresurada, de tal manera que en mes y medio estuvieron listos los dos.
Estaríamos hablando de una gran eficiencia legislativa, sino fuera porque, al tratarse de un tema tan trascendental, era obligado a realizar un análisis más profundo y detallado y buscar el consenso en el mismo Senado, lo cual no se hizo.
La mayoría de los senadores se enterarán hasta el jueves del contenido de los dos dictámenes, cuando sean publicados en la Gaceta Parlamentaria para su primera lectura.
La redacción apresurada de los dos dictámenes es atribuible al senador del PRI, Melquiades Morales, —presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales— y al senador del PAN, Alejandro Zapata, presidente de la Comisión de Estudios Legislativos.
Fue tal el apresuramiento para presentar los dictámenes, que prescindieron de la opinión de otros legisladores, entre ellos el senador del PRD, Rubén Velázquez, secretario de la Comisión de Puntos Constitucionales.
Los dictámenes no serán discutidos por el pleno el jueves, pues la normatividad establece que, al ser reformas constitucionales, se les debe dar una segunda lectura, lo que podría hacerse el martes de la próxima semana.
Pero el sólo hecho de que se aprueben los dictámenes sin el debido consenso y que se sometan al pleno un día antes de la llegada a México del Papa Benedicto XVI, provocará reacciones de protesta e indignación.
La reforma al artículo 24 de la Constitución, que el pasado 15 de diciembre fue aprobada en medio de un intenso debate por los diputados del PAN y del PRI y algunos del PRD, no atenta contra del Estado laico.
Lo que hace esta reforma es reconocer los derechos de cualquier persona a “la libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión y a tener o adoptar en su caso, la de su agrado”.
La reforma ajusta la realidad a la ley al permitir que los actos religiosos —de cualquier credo— puedan llevarse a cabo en público o en privado.
Esta reforma no es mala, lo malo es la forma en que se pretende aprobar, con un dictamen sin consenso y a un día antes de la llegada a nuestro país del líder mundial de la Iglesia Católica.
Al Papa le interesan de manera especial las reformas al 24 y al 40.
El pasado 29 de febrero, el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Carlos Aguiar Retes, dijo al diario Excélsior: “En su visita a México, al Papa Benedicto XVI le complacería ver un país con una auténtica libertad religiosa y un Estado verdaderamente laico”.
Todavía más claro: “Las reformas a los artículos 24 y 40 de la Constitución, las cuales se discuten actualmente en la Cámara de Senadores, merecen la atención del jerarca de la Iglesia católica, así como de todos los obispos del país”.
Qué mejor manera de recibir al Papa Benedicto XVI, que con esas reformas aprobadas, sobre todo la que se refiere a la libertad religiosa, una exigencia histórica de la Iglesia católica.
Claro, siempre y cuando el intento de madruguete se concrete y las reformas al 24 y al 40 se aprueben el próximo martes.
La sutura tuvo éxito.
expedientepolitico@yahoo.com.mx
www.puntoporpunto.com
twitter:@pepecontreras_m
www.puntoporpunto.com
twitter:@pepecontreras_m
Fuemte:
1 comentarios :
mi país no puede estar mas jodido!
Publicar un comentario