Viernes 24 de agosto del 2012
Redacción/El Sol de México
El 23 de mayo de 2005, un paletero, agobiado por sus problemas y mal aconsejado por una charlatana, entró a la Rectoría de Nuestra Señora de la Merced de las Huertas decidido a robar una escultura de la Virgen María, que estaba ahí para su veneración y la cual es una obra tallada en madera, estofada y policromada, que desde el siglo XVII era custodiada en dicho templo.
Sin embargo, el sujeto fue sorprendido por los policías y en su fuga aventó la imagen al suelo, lo que le provocó daños graves y de ahí se solicitó al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) proceder a su restauración para finalmente entregarla nuevamente para su veneración.
En sus declaraciones, el acusado narró que una curandera le dijo que necesitaba una imagen religiosa robada para efectuar un rito, por lo que decidió tomar prestada esa virgen venerada por los vecinos. La escultura estuvo empaquetada durante el curso de la investigación y fue entregada hasta el 21 de febrero de este año para su restauración. La imagen tenía restos de pegamento en las partes fracturadas, lo que indica que anteriormente ya había sufrido desprendimientos; se descubrió suciedad adherida a la superficie y manchas ocasionadas por el adhesivo, le faltaban dos dedos de la mano derecha y tres de la izquierda.
El Niño Dios que carga la Virgen sobre la palma de su mano izquierda, presentaba una fractura en la pierna derecha, producto de la caída, así como suciedad impregnada y abrasiones.
Por principio de cuentas los empleados del INAH limpiaron a fondo las esculturas, unieron las partes fragmetadas con adhesivos naturales y a la Virgen se le repusieron los dedos faltantes en las manos, que fueron elaborados con madera de cedro rojo.
Ya completas las imágenes, fueron resanadas con materiales naturales semejantes a los originales, y posteriormente se hizo la reintegración de color con pinturas al barniz.
Las esculturas portan vestimentas, mismas que no corresponden a su antigüedad, sino que son de años recientes; las prendas fueron limpiadas a profundidad y planchadas. A la corona que porta la Virgen, se le eliminó el polvo y se le adhirió un elemento metálico que estaba desprendido.
Como parte de la atención de la pieza religiosa, el equipo de restauradores diseñó un soporte de acrílico para darle estabilidad a la virgen, la cual tiene un desnivel en sus pies, lo que propicia que se caiga con facilidad. Dicha base se integra por una pequeña plataforma en la que descansan los pies, y un respaldo largo que sostiene piernas y espalda.
Asimismo, debido a la fragilidad de la figura de la Virgen, se le incorporó un soporte de acrílico a su brazo izquierdo, con la intención de que en él descanse el peso de la talla del Niño Dios.
La escultura de Nuestra Señora de la Merced de las Huertas fue devuelta el mes pasado a su templo -edificado en 1607 por la orden religiosa de la Merced-; a su llegada, la imagen fue vestida por una experta del INAH en presencia del párroco de la iglesia, con la finalidad de enseñarle a montar cuidadosamente el soporte. Finalmente, la escultura fue colocada en su nicho, el cual fue protegido con un vidrio reforzado. De acuerdo con representantes de la Provincia Mercedaria y de la parroquia, también se le agregará una alarma y una cámara de video para su mayor protección y seguridad.
Fuente: http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n2667630.htm
Redacción/El Sol de México
El 23 de mayo de 2005, un paletero, agobiado por sus problemas y mal aconsejado por una charlatana, entró a la Rectoría de Nuestra Señora de la Merced de las Huertas decidido a robar una escultura de la Virgen María, que estaba ahí para su veneración y la cual es una obra tallada en madera, estofada y policromada, que desde el siglo XVII era custodiada en dicho templo.
Sin embargo, el sujeto fue sorprendido por los policías y en su fuga aventó la imagen al suelo, lo que le provocó daños graves y de ahí se solicitó al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) proceder a su restauración para finalmente entregarla nuevamente para su veneración.
En sus declaraciones, el acusado narró que una curandera le dijo que necesitaba una imagen religiosa robada para efectuar un rito, por lo que decidió tomar prestada esa virgen venerada por los vecinos. La escultura estuvo empaquetada durante el curso de la investigación y fue entregada hasta el 21 de febrero de este año para su restauración. La imagen tenía restos de pegamento en las partes fracturadas, lo que indica que anteriormente ya había sufrido desprendimientos; se descubrió suciedad adherida a la superficie y manchas ocasionadas por el adhesivo, le faltaban dos dedos de la mano derecha y tres de la izquierda.
El Niño Dios que carga la Virgen sobre la palma de su mano izquierda, presentaba una fractura en la pierna derecha, producto de la caída, así como suciedad impregnada y abrasiones.
Por principio de cuentas los empleados del INAH limpiaron a fondo las esculturas, unieron las partes fragmetadas con adhesivos naturales y a la Virgen se le repusieron los dedos faltantes en las manos, que fueron elaborados con madera de cedro rojo.
Ya completas las imágenes, fueron resanadas con materiales naturales semejantes a los originales, y posteriormente se hizo la reintegración de color con pinturas al barniz.
Las esculturas portan vestimentas, mismas que no corresponden a su antigüedad, sino que son de años recientes; las prendas fueron limpiadas a profundidad y planchadas. A la corona que porta la Virgen, se le eliminó el polvo y se le adhirió un elemento metálico que estaba desprendido.
Como parte de la atención de la pieza religiosa, el equipo de restauradores diseñó un soporte de acrílico para darle estabilidad a la virgen, la cual tiene un desnivel en sus pies, lo que propicia que se caiga con facilidad. Dicha base se integra por una pequeña plataforma en la que descansan los pies, y un respaldo largo que sostiene piernas y espalda.
Asimismo, debido a la fragilidad de la figura de la Virgen, se le incorporó un soporte de acrílico a su brazo izquierdo, con la intención de que en él descanse el peso de la talla del Niño Dios.
La escultura de Nuestra Señora de la Merced de las Huertas fue devuelta el mes pasado a su templo -edificado en 1607 por la orden religiosa de la Merced-; a su llegada, la imagen fue vestida por una experta del INAH en presencia del párroco de la iglesia, con la finalidad de enseñarle a montar cuidadosamente el soporte. Finalmente, la escultura fue colocada en su nicho, el cual fue protegido con un vidrio reforzado. De acuerdo con representantes de la Provincia Mercedaria y de la parroquia, también se le agregará una alarma y una cámara de video para su mayor protección y seguridad.
Fuente: http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n2667630.htm
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