El Obispo mentiroso

Martes 4 de marzo del 2011. México.

El Octavo Mandamiento

En un país laico y plural, como se supone es el nuestro, aunque esté gobernado por la derecha más siniestra, la jerarquía católica no puede atribuirse la representatividad absoluta de la sociedad y festejar y ensalzar de manera pública la promulgación de leyes acordes con su oscuro pensamiento.

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Lo anterior lo escribo a propósito de la noticia que dio en su Noticiero del jueves pasado, Joaquín López-Dóriga, “noticia no de ocho, sino de 16 columnas” -la calificó El Teacher-. El obispo de Mexicali, José Isidro Guerrero Macías, reveló que la determinación de la Corte para no cambiar la ley antiaborto en Baja California se debió a una llamada del Papa Benedicto XVI.

Éstas fueron las palabras textuales del representante de Dios, en aquella entidad del norte, mis comentarios entre paréntesis: “Casi perdíamos ayer (¿perdíamos?, ¿quiénes?) pero una llamada del Papa, no sé a quién, no me pregunten (los chismes se platican completos o ni siquiera se insinúan), cambio todo. Ésa es la Iglesia y es el proyecto de Dios y donde está la familia y el niño no nacido (¿y la niña?) se le espera con amor” (aunque luego sea quemado en una guardería subrogada cuyos dueños siguen impunes o sean declarados daños colaterales).

(...) “Imagínese que hubieran aprobado el aborto manipulando la voluntad y la vida de nueve meses del niño, porque querían aprobar el aborto a los nueve meses (a los nueve meses de gestación no se llama aborto, se llama parto). Yo creo que fue un éxito donde el Papa participó y el Gobernador, los gobernadores participaron y el Presidente de la República participó”. (...) “Baja California no sólo es pionero en política, también es pionero en la vida y en la familia y vamos por más”. (¿A qué se refirió al decir que vamos por más: ¿a prohibir constitucionalmente los pensamientos pecaminosos y la masturbación? ¿Al regreso de la Santa Inquisición?).

Al día siguiente, la Secretaría General de la Conferencia del Episcopado Mexicano reprobó las declaraciones del Obispo, aseguró que el Santo Padre es “respetuoso de la vida interna de las naciones. Por su parte, en Roma, el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, desmintió la existencia de una llamada del Papa a México para incidir en el debate sobre el derecho a la vida y aseguró que esa versión ‘carece de fundamento’”.

El obispo Guerrero Macías hasta el momento de escribir esta colaboración no ha dicho esta boca es mía. Mandó a su vocero, al padre Yoshio, para al más puro estilo de don Rubén Aguilar decir: “Lo que dijo el Obispo no era la idea, simplemente lo que quiso decir era que se tenía el apoyo incondicional del Papa para los temas en pro de la vida”.

Pero ninguna explicación sobre lo manifestado por el Obispo de Mexicali es satisfactoria. El Obispo faltó al octavo mandamiento de Ley de Dios, que ordena no mentir. El excelentísimo y reverendísimo monseñor don José Isidro Guerrero Macías vive en pecado porque mintió. Y mentir de costa a costa y de frontera a frontera a través del Canal de las Estrellas es pecado mortal. ¿Cuál será su penitencia?

FUENTE:
http://eleconomista.com.mx/columnas/columna-especial-politica/2011/10/03/obispo-mentiroso

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