Lunes 26 de diciembre del 2011. Veracruz, México.
En el número 55 de la calle de Carteros, en plena colonia Postal, existe desde hace 10 años una casa de rehabilitación que atiende problemas afectivos, homosexualidad, alcoholismo o depresión. La particularidad estriba en que los pacientes son sacerdotes.
Casa Damasco, como se conoce este centro, atiende a los curas que “también son personas y pueden caer en estos problemas o situaciones”, señaló en entrevista Hugo Valdemar, el Vocero de la Arquidiócesis de México.
http://youtu.be/MT1qY1J4SrI
En esa comunidad terapéutica se cuida y cura a los enfermos mediante un programa integral y un equipo de psiquiatras, dos psicólogos, tres psicoterapeutas Gestalt, un internista y un profesor de educación física.
El área espiritual no se descuida, para atenderlos se tiene a un sacerdote que es su director espiritual con quien tienen una reunión semanal, se trabaja de la mano de los obispos y, mientras se lleva un proceso jurídico interno de la Iglesia, el sacerdote es ayudado en sus conflictos internos.
La Casa fue fundada en 2001 y es atendida por las religiosas de la orden Discípulas del Divino Maestro, y el encargado es el padre Javier Estrada. Sin embargo, en todo el país existen otros dos centros dedicados al mismo propósito.
Se les conoce como “casas de reposo”, la del Distrito Federal es Casa Damasco; Casa Rougier, que se ubica en el Estado de México, y Alberione, en Jalisco.
“El alcoholismo está comprobado que se puede curar y la depresión obviamente que sí. En el tema de la homosexualidad más bien se busca que si una persona tiene este problema viva su celibato”, aclaró Valdemar.
El tratamiento depende de cada caso “pueden ser de tres a seis meses, o un año o más, no hay un límite. Si no hay respuesta, se le pide al obispo que se retire al sacerdote de su puesto, porque no pone de su parte o requiere algo más especializado”, expuso el Vocero.
Al ser cuestionado sobre el tratamiento anti-homosexualidad, el secretario de Relaciones Públicas de la Conferencia del Episcopado, Manuel Corral, calificó a la homosexualidad como compleja.
“Creo que es una tendencia de la persona, y no creo que haya una cura que diga éste es el remedio. En la medida que entra en esa dinámica, por lo menos el ser conscientes y caer en la cuenta de esa realidad, le ayuda en no caer en situaciones que involucre a terceros y que cree conflictos innecesarios”, apuntó Corral.
Corral comentó que estas casas han recibido a sacerdotes de otras nacionalidades, la mayoría latinoamericanos, ya que además de México, sólo Estados Unidos y Argentina tienen casas de atención.
Fuentes de la Arquidiócesis señalaron que se está pensando en cerrar la casa Damasco por la poca recepción de gente y el costo que tiene mantenerla en buenas condiciones, a diferencia de Alberione, en Jalisco, que funciona muy bien.
“Pienso que son casas que hacen falta, porque hay todo un equipo especializado y orientado a la ayuda de sacerdotes con problemas, hay muchas clínicas que pueden ayudar, pero éstas tienen una idiosincrasia propia, son gente católica, son gente que de alguna manera también se les instruye sobre el ministerio sacerdotal, se les capacita para una mayor comprensión, cosa que no podría hacer otro tipo de clínica”, refirió otro miembro de la arquidiócesis.
FUENTE:
http://www.elgolfo.info/elgolfo/nota/94754-tratan-a-curas-de-homosexualidad/
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